CAPÍTULO 27

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Miró su celular, tenía ya un mensaje en el que su acompañante de pesca se encontraba afuera esperándole, bajo con prisa tomando sus cosas, afuera un castaño lo esperaba, se encontraba recargado sobre una camioneta muy similar en la que Nam lo había ido a recoger hace un tiempo.

-Buenos días Yoongi –lo saludaba con una sonrisa, mientras el castaño solo se limitaba a hacer un ademan.

-Creí que ibas a traer a tu novio –había roto el silencio- por eso traje la camioneta.

-Si bueno, eso es lo que hubiera querido, pero tiene otras obligaciones que atender, por eso no nos puede acompañar –hablaba con cierta tristeza.

-Oh vaya, creí que asistía a la escuela igual que tú –el castaño había puesto el auto en marcha.

-Lo hace, es solo que también trabaja, últimamente su trabajo es muy absorbente. –el pelinegro miraba por la ventana con cierta melancolía.

-Así que por ello te enviaba pensamientos... -las palabras sonaban más como si fueran para él mismo, en lugar de a Jin.

Durante el transcurso no hablaron mucho, ya que el Yoongi al igual que Nam recibía llamadas cada dos tantos, el castaño se mostraba molesto, maldecía bastante y parecía que todo se confabulaba en su contra para arruinar su día, llegó un momento en que apagó su teléfono y encendió la radio, ya hastiado.

-Yoongi, si es muy complicado el que vayamos a pescar, podemos regresar... -decía el pelinegro algo apenado.

- ¡Por supuesto que no! –sus palabras tomaron por sorpresa a Jin-, perdón –decía tratando de calmarse-, es solo que al fin tengo un día libre y me atosigan con llamadas..., pero ya, que se jodan, no pienso encender ese teléfono hasta que regresemos.

No paso mucho cuando llegaron cerca de un lago que se encontraba a las afueras de la ciudad, el lugar era espectacular, la tranquilidad y el ambiente ahí te hacían sentir de manera relajada, cerca del lago había una enorme casa, de dos pisos cuya vista al lago le hizo desear a Jin vivir en ese lugar, se dirigieron a esa casa. Por dentro era bastante ostentosa.

-Bienvenido a mi casa –decía el castaño mientras entraba, Jin lo seguía sorprendido por la belleza del interior.

-Es hermosa Yoongi –el chico miraba su derredor.

-Gracias, realmente está hecha a mi gusto, pero lo que más me agrada del lugar es su silencio.

La casa estaba cubierta de ventanales, de la cual se podía ver el lago y más allá de ella la espesura del bosque que le rodeaba, cerca de donde se encontraba la sala había un enorme piano, Jin se acercó a él y pasó las yemas de sus dedos sobre la cubierta del teclado.

-Vaya, nunca hubiera imaginado que te gustara la música, me gustaría aprender a tocar el piano. –miraba con detenimiento las partituras que se encontraban en él.

-Realmente es como un pasatiempo, que disfruto mucho, pero como te habrás dado cuenta mi vida es demasiado agitada. Tal vez mas tarde pueda mostrarte alguna pieza si lo deseas -Jin se mostraba entusiasmado, tomando algunas de las cosas de la casa se dirigieron al lago, bajando por un sendero, llegaron a un tipo muelle que se encontraba en la orilla, acomodaron unas sillas plegables, Yoongi tenía algunos snacks los cuales disfrutaban mientras tenían una charla amena, Jin le preguntaba cosas de él, lo que hacía, que le gustaba, el castaño solo se limitaba a responder lo necesario devolviendo una que otra vez la pregunta a Jin.

Yoongi al igual que Jin tenían la misma edad, y también era heredero de una gran empresa, a diferencia de Namjoon, el había crecido en ese ambiente crudo, y a temprana edad se había obligado a terminar sus estudios antes de tiempo, no había asistido a una escuela al igual que los chicos, solo había tenido maestros particulares y había tomado los exámenes para avanzar en sus grados, como tal ahora se encontraba cursando la universidad y estaba a poco de graduarse; para sus padres el que Yoongi pudiera hacerse cargo de los negocios que tenían en el país, era algo indispensable, ya que ellos se hacían cargo de los negocios en el extranjero, por esa misma situación nula vez los veía. Debido a todo ello, era solitario y callado con un mal temperamento. Sin embargo, para Yoongi la presencia del mayor a su lado en ese momento, era algo que no podía negar, le estaba agradando, su tranquilidad y forma de ser, tenía que admitir, que su compañía la estaba disfrutando. Había pasado un tiempo desde que se sentía así con alguien, y esa sensación le hizo sentir melancólico al recordar.

(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora