CAPÍTULO 10

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Era cerca de las 6:30 de la mañana Jin se encontraba en el patio de su casa esperando a Nam quien no llegaba, llevaba 15 minutos de retraso, comenzó a llamarle, pero no tuvo respuesta alguna, tomando su bicicleta se disponía a emprender su camino, cuando alguien lo detuvo.

-Te... dije... -el moreno no paraba de jadear debido al sobre esfuerzo físico que venía haciendo, por lo cual no termino la frase, tomando aire, se desplomó sobre el césped del jardín, mientras respiraba agitadamente.

- ¿Estas bien? -dejando caer la bicicleta, el chico se arrodillo a su lado, había sacado su pañuelo y secaba su sudor, poco después entro en la casa y salió con un vaso de agua, se lo extendió, el cual la engullo de un solo trago.

Jin lo miraba preocupado, pero no se había percatado de la vestimenta del moreno, después de unos minutos Nam se incorporó con su ayuda.

-Nam si te sientes mal, hay que parar esta situación, no es necesario que estés corriendo de un lado a otro por mí, además no puedo dejar que te vayas así a la escuela, ¿Qué tal si te desmayas? Te estas sobre esforzando demasiado.

-No te preocupes ya me siento mejor, ya podemos irnos, solo que hoy, tomaremos el transporte, porque ya corrí demasiado -le decía haciendo una pequeña mueca.

-Claro que no, yo me iré solo, será mejor que tomes un taxi y así puedas llegar a tiempo a la escuela -Nam comprendió que no había notado para nada su nuevo uniforme, le sonrió tiernamente.

-Jin, -tomó su mano- a partir de hoy asistiré a la misma escuela que tú. -El pelinegro se quedó en shock y lo miró, debido a su preocupación, realmente no se había percatado que portaba el mismo uniforme.

-Esto debe ser una broma, ¿cierto? -negó mientras una sonrisa se ensanchaba en su rostro.

Nam tomo de la mano a Jin, este se dejó llevar por el sin pronunciar palabra alguna, ambos salieron sobre la principal abordando un taxi hacia la escuela. Durante el trayecto el pelinegro lo miraba desconcertado.

-Sé que tienes muchas preguntas y las voy a contestar todas y cada una de ellas, pero ya no me apliques la ley del hielo -Nam no sabía qué hacer para que Jin le dirigiera la palabra.

El pelinegro solo se limitó a suspirar, el taxi había llegado a la escuela, ambos chicos bajaron en silencio, se dirigían a la entrada cuando un grupo de chicas abordó a Jin rodeándolo completamente, Nam se había separado de él y se dirigía a la dirección para presentarse con el director, mientras veía a la distancia que su chico era bastante popular y tenía demasiada competencia, sin embargo, en un acto reflejo tocó sus labios y el recuerdo de sus suaves labios le hizo sonreír de una manera picara.

Por su parte Jin buscaba con la vista a Nam, no se había dado cuenta cuando se separó de él, pero no lograba encontrarlo con la mirada, se dirigió a su salón rodeado por las chicas que habían ido a recibirlo, tomó asiento en su lugar de siempre, en ese momento se disponía a enviarle un mensaje, cuando el director entró en el salón, todos los chicos tomaron asiento.

-Buenos días jóvenes -el alumnado respondió al unísono. -el día de hoy -continuo-, se integra a nuestra ilustre institución un alumno de renombre, es un orgullo para nosotros que una persona con sus cualidades quiera pertenecer a nuestras aulas -un chico entró en ese momento al salón, todos los presentes pusieron su mirada en él, Jin no podía creer a quien estaba viendo-. Señores y señoritas, el joven Kim Nam Joon se incorpora como alumno de nuestra escuela, estará con ustedes a partir de hoy, así que denle una calurosa bienvenida -los alumnos comenzaron a aplaudir mientras Nam hacia un simple movimiento con su mano-. Joven Kim, estamos muy felices de tenerlo con nosotros y si alguien hace algo en su contra o tiene algún problema, no dude en comunicármelo. -El director salió del salón mientras en profesor en turno le indicaba al moreno en donde debía sentarse, sin embargo, haciendo caso omiso, se trasladó a un asiento que se encontraba vacío al lado de Jin, el cual se encontraba completamente perplejo.

Durante el descanso, tomándolo de la mano salió del salón, el pelinegro lo siguió sin objeción alguna. Se dirigieron a la parte posterior de donde se encontraban los talleres, ya que esa parte se encontraba sola, una vez ahí Jin soltó su mano y se recargo sobre un pequeño muro.

-Bien, te escucho -Jin entrecerraba sus ojos esperando a escuchar lo que tenía que decir, pero el moreno tenía otros planes, se acercó rápidamente tomándolo del rostro comenzó a besarlo, sus manos se movieron a su cintura sujetándolo mientras Jin hacia un intento vano por separarse de él interponiendo sus manos sobre el pecho de Nam, pero después de unos segundos cedió completamente, abrazándolo por el torso mientras el beso se suavizaba hasta que ambos tuvieron que separarse buscando el aliento que les faltaba, recargando sus frentes una en la otra aspiraban el aliento del otro, abrazándose completamente.

- ¿Qué te parece si nos vamos de pinta? -decía Nam con una sonrisa traviesa en su rostro.

- ¿Acabas de entrar y ya piensas en brincarte clases? - Jin no podía creer lo que escuchaba.

- ¡Oh vamos Jin! En verdad tengo que hablar contigo y explicarte todo antes que empiecen a rondar los rumores, prefiero que sepas todo por mí y no por lo que dicen. -el chico le hacía caritas para convencerlo- anda, solo será hoy, te lo juro -levanto su mano derecha.

-No lo sé, nunca me he brincado las clases... -el chico dudaba ante el pedimento.

-Anda, el descanso ya va a terminar, solo faltan 10 minutos y a mí no me alcanza ese tiempo, y apuesto lo que quieras a que ahorita ya soy la sensación de la escuela.

-No me quiero meter en problemas Nam -lo consideraba completamente.

-Jin te juro que no te meteré en problemas -le decía mientras lo envolvía más en sus brazos y lo mecía con él.

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Antes de que terminara el descanso ambos chicos se encontraba afuera de la escuela tomando el transporte público, le había enviado un mensaje de texto al director comunicándole que tenía que salir de la escuela por una situación personal y necesitaría al alumno Kim Seok Jin. El director tendría que aceptar las cosas que Nam hacía, ya que su ingreso había incluido a parte del renombre del moreno, una donación casi millonaria.

Pronto se corrió el rumor que un chico nuevo había llegado a formar parte de la institución, el cual era un prodigio en el estudio, sin embargo, lo más interesante era que pertenecía a una de las familias más poderosas del país dueña de uno de los conglomerados más importantes a nivel internacional.

(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora