(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•

CAPÍTULO 25

Nam había dedicado los pasados días a ultimar detalles en base a la decisión que había tomado. Había accedido a llevar las riendas de la empresa con Jin a su lado, aunque por el momento no tenía idea de cómo convencería al mayor, tenía la seguridad que no lo dejaría solo una vez le explicara sus razones.

-Nam Joon necesito que te reúnas con Min Yoongi, sus padres no pueden atendernos por sus apretadas agendas, por lo tanto, el será nuestro mediador.

- ¿Es necesario que sea yo? Tú también puedes estar presente en esta negociación, no es necesaria mi presencia.

-Es parte de tu entrenamiento, debes participar activamente antes de que te marches.

-Tengo días sin ver a Jinnie, por lo menos déjame este fin de semana en paz. –en verdad se encontraba irritable, hacia días que no había tenido la oportunidad de ver a la persona que amaba.

-Está bien, te dejaré en paz si te reúnes con Min Yoongi. –sus palabras sonaron de manera severa.

- ¿En verdad vamos a jugar de esta manera? –rodaba sus ojos.

-No me estas dejando muchas opciones Joonie, tenemos un trato, pero aun te resistes, todo sería más fácil si cooperaras más.

- ¿Mas? Debes estar bromeando, ¿verdad? ¡Este maldito lugar me está consumiendo los sesos ¿y tú quieres que coopere más?! –daba vueltas por la oficina como una fiera enjaulada-, te juro que en cuanto sea nombrado presidente esta maldita empresa desaparecerá.

-Sera mejor que te controles, todo esto es momentáneo, tienes que ver las cosas con una mente tranquila, además no estas considerando la posibilidad de que, si Seok Jin comienza a trabajar aquí y no le es indiferente el manejo de la empresa, no podrás hacer lo que tú quieras con ella.

-En verdad que últimamente logras sacar lo peor de mi –el moreno pasaba sus manos sobre su cabello mientras tomaba asiento en la pequeña sala dentro de la oficina, aunque no quisiera aceptar dicha situación era una posibilidad que no podía descartar, pese a lo que quisiera creer, el pelinegro también tenía una mente brillante para los negocios y estaba más que consiente que una vez tomara la experiencia necesaria, podría llevar las riendas de ese lugar sin su ayuda.

Más tarde Nam se puso en contacto con Min Yoongi, quien tampoco se mostraba cooperativo en el hecho de negociar con él, sin embargo, acepto, siempre y cuando fuera bajo sus condiciones, situación que solo molestó más al moreno.

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Jin se encontraba en su casa terminando algunos deberes, afuera comenzaba a anochecer, cuando el timbre de su casa sonó, al abrir fue recibido por los brazos de un chico que lo sujetaban fuertemente.

- ¡Joonie! –exclamaba quedito mientras correspondía al abrazo de Nam, mientras éste aspiraba el aroma de su cuello, depositando pequeños besos en él, provocándole un cosquilleo al mayor.

Se separó de él un momento, atrayéndolo por la cintura lo beso, fue un beso suave, el contacto de sus bocas les hizo hervir la sangre volviendo sus besos desesperados, como si de esa manera pudieran recuperar los besos perdidos de días anteriores. Una de las manos de Nam subió a la nuca de Jin sujetándolo mientras su otra mano se cernía a su cintura, tratando de fundirse con él, mientras el pelinegro le rodeaba el cuello con sus brazos. La falta de aire los hizo separarse, la respiración agitada de ambos sonaba al unísono, la cual solo duro una fracción de segundos, retomando los besos perdidos. Sin separarse comenzaron a introducirse dentro de la casa, cerrando Nam la puerta tras de sí con una patada, dirigiendo a Jin hacia el sillón sin dejar de besarse, teniendo el cuidado de no tropezar en su camino. Una vez en el sillón el moreno se sentó en él y colocó entre sus piernas al pelinegro retomando lo pendiente, los minutos pasaron y sus besos volvieron a ser suaves con ligeras mordidas, saboreaban los labios del otro perdiéndose en su sabor, en sus alientos, sus aromas.

-Te he extrañado demasiado Jinnie –lo miraba tiernamente mientras pasaba su mano sobre su mejilla y este la atesoraba en ella con sus manos, cerrando los ojos ante el placer que le provocaba su tacto.

-Yo también te extrañe mucho Joonie –seguía con sus ojos cerrados y una tierna sonrisa se dibujaba en sus labios-, espero no haberme quedado dormido y estar soñando.

- ¿Crees que esto es un sueño? –lo atrajo nuevamente hacia él besándolo de manera apasionada, sonrojando a Jin completamente-, si esto fuera un sueño nuestros corazones no latirían como locos queriendo salir de nuestro pecho. –lo volvió a besar suavemente.

Ambos permanecieron así por un largo rato, Jin se encontraba sobre las piernas de Nam con su cabeza recostada sobre sus hombros, sus manos jugaban con la corbata del moreno, mientras éste lo abrazaba fuertemente, como si temiera alejarse nuevamente de él.

- ¿Ya has cenado? Porque yo no, y tengo mucha hambre –Jin lo miraba de manera tierna haciendo pequeños pucheros con sus labios, provocando que Nam lo volviera a besar.

-Aun no, de hecho, ahora que lo mencionas, ni siquiera he comido –solo se encogía de hombros.

-Joonie, tienes que alimentarte bien, no puedes estar sin comer todo el día, deja preparo algo delicioso –se puso de pie, aunque Nam no quería dejarlo ir, tenía que aceptar que si se encontraba famélico.

Poco tiempo basto a Jin para preparar la cena, cortes de carne con arroz y vegetales, ambos tuvieron una cena amena, conversaban animadamente y tomaban sus manos de vez en cuando, sonriéndose tontamente. Después de cenar y limpiar lo que se había ensuciado se ducharon y colocaron ropa cómoda para dormir, Nam se resistía a quedarse dormido, besando de vez en cuando a Jin, pero pareciera que sus besos se estaban volviendo analgésicos relajantes, la comodidad de la cama, y el dulce aroma del pelinegro aunado a sus suaves besos, liberaban poco a poco el cuerpo cansado de los días ajetreados que había tenido, su mente ahora relajada comenzaba a sumergirse en un sueño profundo, tomando al mayor por el torso lo atrajo hacia él envolviéndolo con sus brazos mientras aspiraban por último el aroma de su cuello, cayendo en la inconciencia total, mientras Jin al igual que él comenzaba a dejarse llevar por el sueño acumulado.