El detonante 2/3

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La pequeña, y tal vez última charla, que tuve con Paula me trajo un sentimiento de melancolía, había perdido a mi mejor amiga. Si bien es cierto ni ella ni yo éramos las mismas de hace años, por mi parte ni siquiera podría decir que soy la misma de hace unos meses. Y por lo visto ella tampoco.

Regresé por el ascensor hacia mi piso de trabajo, encontrando a mi secretaria sentada en su puesto, volteando a verme con una sonrisa.- Pensé que hoy tampoco vendrías.

Tuve un asunto pendiente que quería resolver.- si, porque a partir de ahora mi amistad con Paula se convertiría solo en eso, un asunto que ya no tiene nada que ver conmigo, ni con mi vida.- Me alegra que seas tan puntual.

Me alegra verte recuperada.- no dejaba de sonreir tiernamente.- Laura me comunicó que no habrían reuniones hasta que Calle regrese, entonces digamos que no hay mucho que hacer.

Perfecto, tú dime lo que hay para hoy.- escuché atentamente cada una de las tareas mientras ingresábamos a mi oficina. Se sentó en la silla frente a mi escritorio y yo hice lo mismo.

Y por último se debe supervisar el avance final de los diseños en el área de confección.- cuando dijo eso último levantó su rostro, había concluído.

No creo que pueda ir hoy, prefiero hacer eso con Daniela.- no quería tener que enfrentar de nuevo a Paula sola, y menos después de la última conversación que tuvimos hace unos minutos.- Lo demás lo empezamos ya mismo.

La rubia asintió pero no se levantó, dándome la sospecha de que tenía algo más que decirme, solo la miré.

Si dejaras de verme así te lo agradecería mucho.- soltó mientras sus mejillas se iban tiñendo de un color rosáceo sutil.

Perdón, es que creo que tienes algo que decirme.- si no miraba su rostro ¿A dónde debía dirigir mi mirada?

Solo recalcarte lo hermosa que te ves hoy.- y así, en un segundo, la situación se volteó en mi contra y la sonrojada ahora era yo.- Eso es todo, me retiro.

Se levantó sin más, dejándome nerviosa y con una sonrisa tonta amenazando por salir de mi rostro. Bloquié esa emoción al instante, o almenos eso intenté. No estaba en condiciones de permitirme sentir algo más por Lucía, tengo novia, y hoy más que nunca estoy segura de lo mucho que me ama, y yo a ella.

Prendí mi laptop y me concentré en resolver todos los pendientes del día, quería terminar lo más rápido posible y regresar a estar con Daniela, ya que estoy recuperada podría ayudar a cuidarla. O simplemente hacerle compañía, lo que sea con tal de pasar más tiempo con ella antes que alguien más llegue a arruinarlo.

..

No miré cuanto tiempo llevaba trabajando, cuando la puerta se abrió de golpe, entrando por esta a quien menos tenía ganas de ver en el mundo, junto con mi secretaria con cara de enojo.

Perdón, no entiende lo que es un no.- se disculpó conmigo mirándolo con rabia.

¿Si sabes que en teoría soy el dueño verdad? La palabra "no" no existe si está dirigida hacia mí.- Lucía rodeó los ojos al escucharlo hablar, amaba su manera de tratar con él, no le tenía ni un poco de miedo, se le notaba.

Si bueno, los dejo. Pero que te quede claro que estaré vigilando y tengo el número de la policía.- lo amenazó antes de salir y cerrar la puerta. Reí un poco por su actitud, cuando quería podía ser la criatura más tierna del mundo.

Inteligente, guapa, graciosa y además es de tu altura.- empezó a hablar sentándose donde había estado la rubia al inicio del día.- ¿Por qué no la elijes a ella y dejas a Daniela por la paz?

DÉJAME CUIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora