Cuando ella se entere

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Mayo 2018




¿Y se puede saber por qué jamás me contaste que te gustaba alguien?- Le dije a mi hermana mientras entrábamos a su habitación a platicar.- Últimamente soy la última en enterarme de tus cosas.

¿Será que siempre estás ocupada con tu trabajo?- Me cuestionó.

Yo quisiera venir más por aquí pulga, pero se me está haciendo complicado.- Su comentario hizo que me entristeciera. Me estaba perdiendo una de las etapas más importantes de la vida de mi hermana por estar tan sumida en la empresa. Y lo peor era que no se trataba de algo que pudiera cambiar de la noche a la mañana. Menos con los problemas que se me están empezando a venir encima.- Te prometo que el fin de semana vendré a pasarlo contigo.

Así me dijiste los últimos tres fines de semana.- Me contestó.- Ya no hagas promesas que no vas a cumplir.

Esta vez si lo haré. Lo juro.- Haría todo lo posible.- Bueno, hoy iremos a la casa de playa con los pollos. ¿Nos acompañas?

Mmm no, creo que paso.- Se volteó y metió entre las cobijas. Me quejé.

Vale no seas aguafiestas, te vas a divertir mucho.- La animé molestándola para que se levantara.

Ya dije que no. Y yo también tengo derecho a cancelar nuestros planes.- Tomó su celular y se colocó los audífonos. Estaba enojada. Y con justa razón.

Bueno, te llamaré mañana ¿okay?- Era más que obvio que no me había escuchado. Me entristecí.

Caminé saliendo de su habitación y bajé las escaleras, encontrándome a papá.- ¿Ya se van?

No quiso acompañarme.- Suspiré. Él colocó su mano en mi hombro, dándome aliento.

Tienes que ser paciente mi amor, sabes que está en una época difícil.- Intentó explicarme.- Y a eso le agregas que no han podido verse muy seguido, es lógico que esté algo molesta.

Supongo que si.- mi celular vibró, anunciando que me habí llegado un mensaje.

Mario: "Necesito el depósito del dinero para mañana a primera hora, o habrá consecuencias para ambos Poché".

Genial, ahora debía conseguir ese dinero de cualquier forma.

¿Pasó algo?- Preguntó papá, desconcentrándome de mis pensamientos.

No, solo es Daniela que quería saber como me fue.- mentí. Últimamente mi vida solo ha estado llenándose de mentiras pequeñas hacia todas las personas que me importan. Odiaba vivir así, no sabía en que momento se había complicado tanto mi situación.

Resulta que todos aquellos contratos firmados, cheques recibidos y demás, solo fueron una fachada. Luego de unos dos meses de felicidad, todo se convirtió en un infierno para mí. De pronto, todas las acciones que había invertido en la bolsa, resultaron perdidas, dejándome no solo con unos pocos centavos en mi cuenta, sino con muchas deudas pendientes por pagar a los prestamistas. Jamás pensé que podría meterme en este tipo de problemas. Obviamente Mario estaba tratando de ayudarme, puesto que sefun lo que me dijo, a él también le sucedieron cosas similares que luego se solucionaron, y que sabía como podía tener el mismo resultado. Lo cierto es que confiaba mucho en él, era un amigo muy preciado para mí, y sabía que lo único que hacía era preocuparse por mí. Cosa que a mi esposa no le fascinaba en lo absoluto.

Por supuesto, yo era la única que tenía conocimiento de todo aquello ue estaba ocurriendo. Siempre le hice saber a Mario que no quería que mis malas acciones, pusieran en riesgo a Daniela. No se lo merecía. No merecía nada de lo que estaba pasando, y tampoco lo sabía.

Hace ya varios días, estaba buscando el momento para decírselo, pero no he podido. No soy capaz de verla a los ojos ya. No soy capaz de sonreírle cuando le digo que la amo, viéndola con ternura. Sabiendo que lo que estoy haciendo, es un acto de cualquier cosa, menos amor.

Yo quería éxito para ambas, quería cumplir nuestros sueños más rápido de lo esperado. Pero las maneras que usé no fueron las correctas, ahora lo sé y estoy convencida de eso.

Por otro lado, había pensado en planear este pequeño viaje a la casa que teníamos en Miami; una que habíamos comprado hace un tiempo ya, y que para mi buena suerte, aún no me había visto en la necesidad de hipotecar.

Espero que vengas a vernos más seguido mi amor, esta casa ya nos está quedando grande a tu hermana y a mí.- Él siempre tan tierno y tan comprensivo. Tampoco podría ser capaz de decirle que lo arruiné, y de la manera más horrible.

Lo haré papi. Nos vemos.- Me despedí de él con un abrazo y una sonrisa fingida, como siempre en estos meses.- Sabes que me puedes llamar si ocurre algún imprevisto o lo que sea que necesiten tú y Vale. Yo aquí estaré.

Asintió con ternura y me alejé, escuchándolo cerrar la puerta tras de mí. Acto seguido, me subí al vehículo en donde había venido de copiloto, preparándome para fingir de nuevo.- ¿Y cómo te fue?

Excelente, mi hermana me odia.- Respondí con una sonrisa notoriamente falsa.

Claro que no mi amor, ella te adora.- Me alentó. Su cabello castaño estaba alumbrado justamente por un rayo de sol que atravesaba la ventana del auto. Cada día se lograba ver más hermosa.- ¿Le comentaste que iríamos a Miami?

Si, y me mandó al diablo.- Coloqué mis manos en mi frente, exhausta.- Arranca ya, no quiero que mi papá salga de nuevo por lástima.

Eres una exagerada dramática ¿Lo sabías?- Intentó hacerme reír después de hacer caso a mi petitorio.

Pues aprendí de la mejor.- molesté, haciendo que volteara a verme mientras conducía.- Te ves hermosa.

Hermosa tú.- Se sonrojó.

Condujo hasta el aeropuerto, en donde dejamos el auto que habíamos rentado. Salimos y entramos para chequearnos.

En unos minutos y trámites después, ya estábamos embarcándonos de nuevo al avión. Cosa que por más veces que hiciéramos, jamás dejaba de aterrarme del todo. Eran momentos llenos de tensión para mí, en donde sudaba frío, pues ya sabía lo que venía.

Una vez dentro y sentadas en nuestros asientos. Comencé a respirar hondo, preparándome para lo siguiente, como de costumbre. Daniela sostuvo mi mano, dándome a entender que al despegar, iniciaríamos con el ejercicio que ella tenía para mí.

Cuando el piloto anunció el despegue, el ejercicio comenzó, logrando que poco a poco me fuera calmando. Siempre era el mismo, concentrarme en las actitudes de los demás, olvidándome de las mías. Por más veces que lo repitiera, siempre obtenía el mismo resultado. A veces pensaba que el ejercicio era el 20%, y el 80% era Daniela. Su sola presencia me tranquilizaba.

¿Mejor?- Preguntó, mirándome con atención.

Contigo, siempre.- Respondí aproximándome a su boca para darle un oequeño pico.- Gracias.

No agradezcas.-

Siempre lo haré. No tienes idea de todo lo que tengo por agradecerte.- Dije, metiéndome en mis pensamientos.

¿Estás sensible chiquita? Ven aquí.- Me atrajo a su cuerpo en un abrazo. Escondí mi rostro en su cuello, soltando unas cuantas lágrimas por este.

Cuando ella se entere, todo su mundo se vendrá abajo. Y por consiguiente, el mío también.

Ella no se lo merece. Y yo no la merezco.

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                                             -ValTe🔥

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