Debo admitir que al principio me asusté por dónde había despertado, y con quién, y en qué estado. Pero conforme los recuerdos de la noche anterior fueron llegando a mi mente, me iba sintiendo cada vez más cómoda, felíz, y segura de que fue algo que quise hacer, y no me arrepiento de absolutamente nada.
Me dediqué a observar su sueño. Todo en ella daba tranquilidad en ese instante; su semblante relajado, su respiración profunda, muy contrario a como se encontraba anoche.
Flashback (+18)
Después de aquel beso, no había vuelta atrás y ambas lo sabíamos.
Nos alejamos un poco y nos miramos, ella esta vez de una manera más intensa, y lo que me dijo me dejó sorprendió.- Vamos a mi apartamento.
Asentí sin protestar, era justo lo que yo quería también, y me encantaba que me haya leído el pensamiento. Con su ayuda para caminar bien logramos salir del lugar y dirigirnos hacia donde vivía. Durante el trayecto mantuve mi mano puesta en su muslo derecho, acariciando de arriba a abajo para desesperarla un poco, en un momento logré escuchar un jadeo que me hizo confirmar que lo había logrado.
La tensión entre nosotras había existido desde el momento uno en que nos conocimos, pero lo que estaba ocurriendo ahora era otro nivel, con tan solo un beso había conseguido que todo aquello que estuve deteniendo por varias semanas, estallara.
Y ese estallido le costaría caro.
Apenas logró estacionar el auto de forma correcta, desabrochó su cinturón y yo el mío, la vi salir del vehículo y la seguí. Entramos al edificio, yo iba detrás de ella, pensando en lo estúpida que fui al guardar por tanto tiempo todo este deseo.
La alcancé cuando estaba pidiendo el ascensor, aproveché apenas se abrieron las puertas para voltearla frente a mí por la cintura, y empujarla hasta hacerla chocar con una de las paredes frías de ese pequeño espacio. Mis impulsos me gobernaban, mi autocontrol ya no existía.
Me abalancé a besarla de nuevo, esta vez con mucho más deseo de por medio. No quería ser dulce con ella, y tampoco quería que ella lo fuera conmigo.
Me correspondió el beso, profundizándolo deslizando su lengua por mis labios. Saber que ella deseaba esto tanto como yo solo me encendía más. El sonido del ascensor indicando que ya habíamos llegado al piso correcto nos interrumpió; la jalé apresurando los pasos, cuidando de no caerme por lo ebria que aún me sentía.
Llegamos y sacó sus llaves torpemente para abrir la puerta, una vez adentro me encargué de cerrarla de golpe y ella tiró su cartera or algún lugar de la sala, me volvió a tomar de la mano para llevarme a su cuarto.
Al llegar la volví a pegar contra la pared, sintiéndome diez veces más deseosa de su cuerpo que hace unos minutos. Ésta vez fui a su cuello, dejando besos húmedos a lo largo de este, intercalando entre mordidas suaves y lamidas desde abajo hasta llegar al lóbulo de su oreja, escuchaba como sus jadeos iban saliendo sin pudor alguno. La tomé por la cintura, pasé mis manos por el borde de su sudadera y se la quité y tiré lejos de nosotras, volví a besar su cuello con desespero, aspirando su delicioso aroma. Subí mis manos por su espalda, sintiendo como su piel se estremecía con mi tacto, hasta podía asegurar que temblaba por segundos.- Te deseo tanto.- habló casi en un gemido de una manera que me puso mucho peor de lo que estaba, si eso podría llegar a ser posible.
Sin poder seguir conteniéndome, la llevé a la cama, recostándola y colocándome encima de ella; me senté en su regazo y la atraje a mí, posando mis manos en su espalda, desabrochando su bra y dejándola descubierta en su parte superior, me tomé el tiempo de admirarla unos segundos, el deseo que esta mujer causaba en mí era indescriptible.
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DÉJAME CUIDARTE
Hayran KurguAléjate de mí, ya no quiero más problemas. - dice tratando de zafarse de mi agarre. - no me gustas Poché. - esbozo una sonrisa maliciosa al escucharla decir eso. Entonces ¿por qué me miras la boca Daniela? - ella se quedó petrificada, ni siquiera la...