DÉJAME CUIDARTE

¿Mejor amiga recuperada?

Estando ya a dos cuadras de llegar al lugar, decido llamarla para avisarle que estaría abajo. Sin embargo al hacerlo, me sorprendió invitándome a subir un momento, ya que aún no había terminado de alistarse. Opté con hacerle caso.

Estacioné el carro en frente y entré en el gran edificio pensando en que quizás se encontraba sola en el apartamento, y por eso no encontró problema en dejar que entrara. Supuse que sería lo más probable, porque no dudo que ella estuviera enterada de toda la situación pasada en el viaje.

Mientras estaba en el ascensor, comencé a recordar lo último que me había dicho mi socia antes de subir a aquel taxi. La forma en como rechazó tener más contacto conmigo ese día, me llevaba a pensar si realmente lo hizo por voluntad propia. No quisiera sonar engreída o algo por el estilo, pero ella nunca me había dicho que no en ese aspecto; al contrario, se supone que era ella la que buscaba obtener mi perdón, yal mismo tiempo volver a conquistarme. Estoy de acuerdo en que actué mal, hice mal; pero francamente no pensé que eso repercutiría tanto en ella, como si ese tema en especial fuera como una bomba de tiempo, que en cualquier momento podría explotar. Por lo mismo me decidí en llamar a Laura para pasar el domingo con ella, si había algo que preocupara a mi socia, su mejor amiga tendría que saberlo.

Las puertas se abrieron y salí para llegar hasta la puerta, la cual para mi sorpresa, ya estaba abierta. La toqué para asegurarme de no llegar de forma inoportuna.- PASA GUAPA!- me gritó desde adentro. Reí un poco y cerré a puerta detrás de mí, caminé hasta la sala buscándola con la mirada, en segundos la observé saliendo de alguna parte de su cocina con una toalla secando su cabello.- Siéntate por favor que no vas a saludar a la reina, ponte cómoda.- Agradecí de inmediato, acomodándome en uno de lo sillones. Ella aún seguía de pie.- Disculpa que te hiciera subir, me quedé dormida y apenas salí de la ducha.

Descuida.- Solo la veía caminar de un lado para otro, buscando quién sabe qué.- No hay prisa, tómate tu tiempo.

¿Quieres comer algo? Puedes ir a la cocina y te sirves lo que quieras, iré a peinarme.- Desapareció a través de las escaleras, dejándome sola en el primer piso. Me levanté apenas la perdí de vista para observar las fotos enmarcadas que se encontraban en la mesada. La mayoría de ellas eran de ella y Lucía, me resultaba increíble lo mucho que habían cambiado con los años. Al correr mi vista un poco a la derecha, descubrí una en la que estábamos las tres, Laura, Calle y yo, lo que había atrás parecía ser una playa, todas nos veíamos felices. Un detalle bastante peculiar que logré notar, fueron unas mechas color azul turquesa que yo llevaba; no me quedaban nada mal, hasta podría decir que me atrevería a hacerme ese look, o volver a hacérmelo.

Eso fue en Cartagena.- Su voz me hizo dar un brinco de la impresión y dejar rápidamente en sus sitio la fotografía. Coloqué una mano en mi pecho y me sentí avergonzada.- Tranquila, son solo fotos.- Se burló de mi estado.

Me duele no poder recordar nada, no poder sentir la misma felicidad que seguro tuve ese día.- Jugué con mis manos, manteniendo la mirada fija en el suelo.

Algún día lo harás, no seas tan dura contigo misma.- Intentó tranquilizarme.- ¿No tuviste alguna especie de trance cuando viste a los Pollos?

¿Qué?- Me dejó en blanco totalmente.

Los Pollos. ¿Calle no te los presentó?- Okay, ahora mi confusión era mil veces mayor. Negué de inmediato, a lo que ella me lanzó una mirada de confusión también. - Que extraño, me dijo que lo haría aprovechando que coincidieron con las fechas.

En ningún momento me presentó a alguien, y menos utilizó el apodo que acabas de decir.- Intenté en ese momento de hacer un recuento de cada día para asegurarme de que no estaba equivocada y tal vez lo había olvidado. Pero no fue así.- ¿Te mencionó cuándo sería eso?