— ¿Y ya, eso fue todo? ¿Te sacó de tu habitación así de fácil?
Marlon y María estaban enojados.
—Estaba con mi abuela, cuando llegué, ya todo estaba más que arreglado—me rasqué la cabeza mientras me tomaba el batido que me había dejado la camarera mientras hablaba—. Gracias. Pero, eso no significa que no le di unos cuantos puñetes.
—Eso—Marlon extendió su mano para que le diera los cinco.
Lo hice, riendo.
Marlon y yo éramos demasiados similares que daba miedo, su cabello era lacio extremo de color azabache, y sus ojos de un azul algo similar al mío, aunque un poco más claros, casi como el cristal. Un ya graduado estudiante de francés que ahora era un profesor demasiado atractivo que mantenía a sus estudiantes enamoradas hasta la medula.
—Oye, ¿y te han llamado? —preguntó María con preocupación.
Eso. Eso era lo que me extrañaba. Ni la directora ni ningún profesor me había llamado para hablar sobre lo que pasó hace rato.
Negué con la cabeza.
—Seguro me llamarán más tarde.
María apretó los labios.
—No deberían, te defendiste de...
— ¿De qué, María? —Marlon la miró—. Ante los ojos de los demás, Analise se le tiró encima sin ningún insulto por parte de Beverly—me miró—. Analise, me agrada demasiado que le hayas dejado sus cicatrices permanentes, pero lanzarte así fue el comportamiento de una niña de ocho años cuando otra niña le quitó su juguete preferido.
— ¡¿Estás defendiendo a la frente de papa?! —chilló María, ofendida.
Marlon rodó los ojos y resopló, haciendo volar unos mechones encima de su frente.
—No, ¿es no me estas escuchando?
—Estoy escuchando que eres un traidor.
—Chicos...
—Cierra el pico—dijo Marlon.
—No tengo pico, tengo boca y por eso no me callo: ¡ERES UN GRAN TRAÍDOR, UN TRAÍDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR!
—Clientes, les pido por favor que guarden silencio o nos veremos obligados a pedirles que se vayan—nos dijo otra camarera que se nos acercó.
—Disculpe—dijeron.
La chica se fue dándonos una última mirada de advertencia.
Negué con la cabeza y solté una risita. Estos dos jamás se llevarían bien.
— ¿Se pueden dejar de pelear? —Dije entre risas—. Por Dios, ¿saben lo ridículos que se ven peleando por una tontería?
Marlon sonrió y le despeinó el cabelló a María, quien rodó los ojos y se cruzó de brazos. Eso nos hizo reír a mi primo y a mí.
—Ahora lo que me tiene preocupada es donde rayos voy a quedarme, claro, si es que no expulsan.
—Que es muy probable que si.
— ¡Joder, para que tu pesimismo! —le soltó otro zape.
—Estoy siendo realista, María—se defendió mi primo—. Y eso que no estamos hablando de lo que podría hacer la pelo de farmacia—me miró—. Podría denunciarte, Ana.
Solté un quejido.
—Mi mamá me va a matar.
María me miró y me acarició el cabello, en un intento de consolarme.
ESTÁS LEYENDO
El caos que somos [BORRADOR]
FanfictionHades era una tormenta caótica. Analise fue un cielo soleado y otras veces con lloviznas. Para Hades, tener a su novia a miles de kilómetros de distancia nunca fue fácil. Nunca. Mucho menos cuando se encuentra cara a cara con una inquisitiva mujer d...