Lo que sentí en el estomago no fue una patada de mi bebé, sino la explosión de fuegos artificiales, el circo entero dando un espectáculo que se sentía en cada pared de mi estomago. Todo en uno por esas palabras.
Él... me había dicho que me quería.
Y...
Un momento. Ya va.
- ¿Cómo me quieres? -él me miró sorprendido y yo me alejé. Muy lindo el momento, dándome una confesión en medio de todos estos muertos, pero no iba a llorar mas. Estaba harta de ser esa Analise, quería ser la Analise de antes; con una sonrisa, se divertía de vez en cuando y no caía por los chicos. Bueno, no caía por Ares Hidalgo-. ¿Cómo es la forma en que me quieres, Ares?
Se quedó un segundo en silencio, pensativo y luego contestó:
-Primero, como una amiga. Segundo: como querría a alguien me quiere. Y tercero, como una mujer- me miró a los ojos con sinceridad-. Analise, te quiero por quien eres, por tus defectos, sobre todo. Unos defectos que me he dado cuenta que solo me muestras a mi-apreté mis labios-. Por querer tanto al granito de arroz. Por ser una amiga incondicional, que aunque me quisieras, me intentabas dar consejos de mi relación con Raquel, siendo imparcial y dejando tus sentimientos de lado solo para ayudarme-se acercó, pero no me tocó-. Por ser quien eres conmigo, así de loca, así de impulsiva y así tan tú-creo que me dio taquicardia-. Por quererme aunque sea un hijo de puta. Te quiero. Así simplemente: te quiero.
Sinceramente, me emocioné.
Lo miré a los ojos y su sinceridad estaba plasmada en ellos, en esos ojos que estaba segura que podría perderme durante horas y jamás cansarme. Lo ojos de la persona que amaba decían que tenía sentimientos fuertes y solo de amistad hacia mí.
Sonreí.
-Que cursi me sales, Hidalgo.
Me dio una sonrisa ladeada. Ay, ¿es que no sabe que eso me hace débil? Me pide con esa sonrisa que le entregue el mundo, y soy bien capaz.
Me convertiría en un pinche payaso con solo ver esa sonrisa todo el tiempo.
-Siéntete especial, no es algo que hago todo el tiempo.
Me reí. Con todo y estos chistes arrogantes, este era el Ares que amaba.
***
Luego de que todo el velorio terminó, Marlon me jalara el cabello por asustarlo, fuimos a casa.
No ocurrió nada importante, comimos juntos e hicimos todo como si nunca nos hubiéramos dicho nuestros sentimientos. Solamente volvimos a ser el Hidalgo y la Chaki chan.
O bueno, eso creí.
Al despertar, hice nuestro desayuno y cuando fui a buscarlo, no estaba en su habitación, y lo extraño es que su maleta no estaba tampoco.
Fruncí el ceño y caminé dentro, estaba toda su ropa pero nada de él y su maleta ¿Qué ocurrió? ¿Huyó de mí? No me lo creía, Ares no era un cobarde.
Entonces, si no hay clases, ¿Por qué no está aquí? -farfulló la parte pesimista de mi mente.
Sacudí la cabeza. No. Ares no escapaba como si el diablo lo persiguiera, algo debió ocurrir. Busqué mi móvil y lo llamé, pero lo escuché en la sala. Maldije. Se la olvidado y ahora no tengo como llamarlo. Llamé a Gregory quien me dijo que no sabía, pero podía pasarme el número de Marco para llamarle que seguro sabía.
Cuando me dio su número y le envié un mensaje, me quedé piedra cuando vi que dio en ese chat que tenía tiempo ahí con un mensaje y que no recordaba.
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El caos que somos [BORRADOR]
FanficHades era una tormenta caótica. Analise fue un cielo soleado y otras veces con lloviznas. Para Hades, tener a su novia a miles de kilómetros de distancia nunca fue fácil. Nunca. Mucho menos cuando se encuentra cara a cara con una inquisitiva mujer d...