Capítulo 12| El storytime.

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Me detuve en el estacionamiento subterráneo del nuestro edificio y salí del coche, lo rodeé y abrí la puerta de Hades, le pinché la mejilla y se la palmeé numerosas veces.

—Hades, despierta. Ya hemos llegado.

Abrió lentamente los ojos y parpadeó, sus ojos rojos se veían bonitos de esa forma tan somnolienta.

Se parece a un montón de personajes de manhwas de cabello negro y ojos rojos.

Sacudí la cabeza. No era momento para pensar en mis esposos de cuando era una adolescente.

—Hades.

Salió y le rodeé su torso al notar que se tambaleó, entramos al ascensor y marqué la clave de nuestro piso, salimos y saqué mis llaves y abrí, me quité los zapatos y él se rió bajó al notarlo. Me encogí de hombros. Él también lo hice y me acerqué al sofá para desplomarlo, pero se frenó e hizo una mueca.

—Quiero vomitar.

Lo llevé al baño y dejé que se soltara de mi y se sentara en el suelo para dar paso sacarse todo el estomago. Me agaché a su lado y sobé su espalda mientras veía su expresión de dolor al tener que forzar su garganta. Al terminar, jaló la cadena y se desplomó contra la pared, cansado, respiró erráticamente de forma sonora. Agarré una toalla y limpié su frente llena de sudor. Abrió los ojos y me miró, le sonreí dulcemente y alejé la toalla al terminar.

—Deberías cambiarte e irte a dormir.

Me miró durante un rato y asintió.

Se levantó sin decir algo y yo también me levanté, salí y él salió y se metió en su habitación, supe que se fue a cambiar así que también me fui a la mía y me puso lo más ancho y mas abrigado. He pasado frío toda la noche que no quiero volver a tener frío. De repente escuché una canción, reggaetón para ser más exacta. Salí para irme a cepillar y encontré a Hades en la sala ya vestido con un pijama de tigger de Winnie The Pooh que era de esas completas con orejas en el gorro y con una cola. Me reí y me acerqué.

— ¿Y esa pijama?

—Regalo de cumpleaños de mi hermano menor—estaba con las piernas cruzadas sobre el sofá mientras se servía un whisky.

— ¿Vas a seguir bebiendo?

—Ahora estoy en mi casa, por supuesto que voy a beber.

Le miré con duda y él dejó el vaso ya lleno sobre la mesita y agarró otro vaso y lo llenó, me lo extendió y lo miré. Levantó los hombros.

—Es deprimente beber solo—lo pensó un segundo—. Y patético.

Suspiré y tomé el vaso. Bebí un sorbo mientras él bebía del suyo mirando la nada. Moví mis pies con tranquilidad mientras mirada a un hilo de hormigas caminar por la mesa.

Alguno de los dos dejó al dulce en algún sitio.

—Ella siempre se vestía conmigo de Perséfone y Hades en Halloween—dijo de pronto y lo miré.

Mierda, ya estamos con el momento de hablar de tu ex.

—Siempre nos juntábamos con mis amigos e íbamos a una fiesta o siempre nos reuníamos aquí en New Haven desde que comencé la universidad—suspiró—. Era un tipo de tradición silenciosa que hicimos para pasar tiempo juntos—hizo una mueca—. Mierda, la extraño.

Bueno, debo preguntar algo para hacer saber que le estoy prestando atención.

— ¿Cómo se conocieron?

Me miró y luego miró su vaso.

—Ella vivía enfrente de mi casa—comenzó—. Y ella comenzó a tirar intencionalmente su pelota a mi patio cuando éramos niños, luego de adolescentes ella y yo nos comenzamos a conocer más y...—suspiró, recordando—. Tenía muchos problemas en casa y me había vuelto muy rebelde, pero Zoe fue mi luz—elevé las cejas—. Ella me hizo sentir bien en medio de toda mi mierda y cambié, supongo—levantó los hombros.

El caos que somos [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora