Capítulo 51| La caída libre.

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Abril.

Abrí la puerta del cuarto de Ares de sopetón, enojada. Él levantó la vista y me miró sin saber que ocurre, cosa que me enojó más.

-Ve y cómprame una nutella, ladrón-le lancé el pote de Nutella vacío en la cabeza.

-Comes mucha Nutella.

-Tú comes mucha comida y no te digo nada-refuté-. Ares, era mi ultima nutella.

Se rió.

-Chaki chan, se puede comprar otra y ya, tampoco es que esa era de oro.

-Tal vez no lo era, pero estaba haciendo un postre y cuando voy a buscar, no tengo lo necesario-me crucé de brazos-. Bueno, como ya no hay nutella, no hay postre.

Me giré sobre mis talones y sentí que me agarró de la cintura y tiró con él a la cama. Gruñí, pero no me soltó.

-Tú eres mi postre.

-Deja las pendejadas y déjame ir a ver a Aiden-excusa. Aiden dormía plácidamente en mi habitación, solo no quería caer en la tentación sin luchar.

Orgullo ante todo.

-Eso no me decías a noche.

Rodé los ojos.

-Ares, déjeme decirte que tienes sueños bien vivos porque ayer ni me besé contigo.

Sentí su risa ronca en mi oído, poniéndome los pelos de punta.

-Bueno, gracias por recordarme-me tomó delicadamente por la barbilla y me hizo mirarlo-. Ahora la tarifa de hoy es por dos.

Me reí, pero la risa se apagó en cuanto unió sus labios con los míos. Sus labios se movieron sobre los míos con tranquilidad, un beso lento, sin prisas. Solamente una muestra de afecto que necesitábamos, que yo necesitaba. Colocó su mano en mi espalda bajo mientras él se recostaba en la cama, llevándome con él encima, eso sí, sin dejar los labios del otro ni por un segundo.

Comencé a sentir como su miembro respondía a un inocente movimiento que di y no sé por qué diablos me reí.

- ¿Emocionado tan rápido, Hidalgo? -dije cuando me separé para mirarlo. Sonreí con diversión.

Me miró.

-Digamos que tres meses en abstinencia ponen a uno emocionado con solo un roce, Chaki chan.

Me reí. Saqué cuentas rápidamente y me di cuenta que hablaba de la única vez que nos habíamos acostado.

- ¿Cómo te enteraste de eso si estabas borracho? -acaricié su cabello distraídamente, dándome cuenta que era demasiado sedoso.

¿Qué champú era el que usaba, pantene?

Resopló una risa y me miró divertido.

-Muy elaborado tu plan, pero no limpiaste el sofá-bufé, recordando-. De adolescente era muy promiscuo, y ese día no me dolía la espalda por nada-rodé los ojos y sonrió más-. Además, por encima de toda la colonia que echaste por mi habitación, tu olor estaba más que impregnado en mi piel. A la mañana siguiente tenía la duda, pero lo confirmé todo al día siguiente mientras tú intentabas alejarte lo más posible de mí.

-Bien, admito que el plan tuvo fallas-dije-. Pero es que... solo no quería que eso no dañara nuestra amistad, tampoco es que quería escucharte decir que fue un error-me encogí de hombros bajo tu atenta mirada-. No era algo muy agradable de escuchar.

-No me arrepiento y a la vez si.

Lo miré con el ceño fruncido.

Y volvió lo multipolar, gente.

El caos que somos [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora