👩🏻‍⚕️ Capitulo 32| El año nuevo.

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ARES HIDALGO.

— ¿No le has dicho a tu familia?

—No, estaba esperando esta cena de noche vieja para decirles—jugó con sus dedos—. Pero sigo sintiéndome una cobarde.

—No lo eres.

Saqué el cigarrillo de mi bolsillo y lo llevé a mis labios. Analise me miró con los entrecerrados y su labio inferior crispado. Ese era un gesto al que no le había puesto atención, pero ahora que lo notaba me pareció gracioso, hasta podría decirse que tierno.

—Sabes que le tengo odio a los cigarrillos.

— ¿Qué te hizo ese libro para que odiaras de esa manera a la nicotina? —elevé una ceja. Saqué el cigarrillo de mis labios, pero de todas formas como no estaba todavía encendido, lo volví a llevar a mi bolsillo.

—Nada, pero el chico fumaba y lo que le pasó tuvo mucho que ver con su vicio—carraspeó, mirando al frente—. Todavía no lo supero.

—Es un libro, no es real.

Se giró bruscamente hacia mí y me acuchilló con la mirada.

—Arrepiéntete, Ares. Mi abuela te escucha y será tu peor pesadilla.

Me eché a reír. Era en estos momentos que me encantaba pasar tiempo con ella, era fácil estar a su lado. Era tan natural que me sorprendía.

—No lo haré, pero es cierto lo que estoy diciéndote—me recosté mejor en la banca—. Pero volviendo al tema: no eres cobarde, Chaki chan, solo es difícil contar las cosas

Suspiró—. Me tienta la idea de huir al polo norte y no salir de ahí jamás.

—Tentador, pero eso no es lo que la Chaki chan que conozco haría.

Me miró, una de sus cejas elevándose con incógnita.

— ¿y qué es lo que haría entonces?

Sonreí.

—Te sentarías en esa mesa, respirarías profundo, pedirías un segundo de atención y dirías la verdad.

Se quedó unos segundos en silencio, solo mirándome. Luego, una sonrisa delicada y suave tironeó de sus labios hacia arriba.

—Sí, creo que eso es lo yo haría.

—No es creer, es lo que tú harías.

Tomó mi mano y le dio un apretón amistoso.

—Gracias, Hidalgo.

***

31 DE DICIEMBRE.

Chaki chan:

Te necesito, Ares.

(Link de google maps)

Esas palabras sonaron mal, decaídas. Me dieron un mal presentimiento.

Ella no dijo absolutamente nada, no me envió ni un solo mensaje y no se lo pedí, pero creí que me diría como le fue.

Jamás envió algo.

Observé a mi familia. Mi madre estaba hablando con mi padre de algo, Artemis estaba con sus hijas y esposa, Apolo también con su esposa y con el abuelo y yo me alejé de mi hermano solamente para ver el mensaje.

—Me tengo que ir—Le dije Artemis en cuanto llegué a su lado.

Me miró con ceja alzada.

—Es año nuevo, Ares, ¿no se supone que debes estar con nosotros?

El caos que somos [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora