Alguien llamaba, y aún no me quería mover ni un centímetro, todo estaba tan cómodo a mi alrededor, como si tuviera otra vida, pero así hubiera ignorado la primer llamada siguieron insistiendo y no tuve más remedio que responder.
Pero primero debía quitarme la pereza de encima, intente moverme un poco para poder levantarme, pero algo más me lo impedía, hasta que tuve que abrir los ojos para comprobar de qué se trataba.
Eran los brazos de Leonardo que me tenían aprisionado contra su cuerpo, le podía sentir el sube y baja de su pecho al respirar contra mi espalda y aunque fuera raro de aceptar me agradaba tal sensación, quizá eso era lo que necesitaba, un poco de compañía.
Trato de levantar el brazo lentamente de Leonardo para no despertarlo pero eso no bastó porque él abrió los ojos un poco asustado viendo la posición en que estábamos, mientras yo me levanto lentamente de su sofá, él hace lo mismo y nos quedamos en silencio un momento.
-Buen día... -dice.
Pero mi celular vuelve a sonar interrumpiendo y yo lo saco de mis bolsillo para saber de quién se trataba, era un número desconocido, pero me preocupo un poco al notar su insistencia, así que respondo la llamada.
-¿Hola?
-¡Sam! menos mal eres tú, casi entro en colapso cuando no me contestabas...
-¿Quién eres? -le doy la espalda al pelinegro para mirar hacia la calle.
-Disculpa por no haberte dicho, soy Fernando el director y uno de tus jefes para la serie que vas a grabar, lamento si te interrumpo en algo, pero quería saber si podrías venir ahora, ya que firmaremos contrato y demás, también te entregaremos guiones y te presentaremos al equipo con el que estarás trabajando, así que... ¿Podrías venir?
-Claro, claro, sí señor.
-Esta bien te espero en una hora, ya te enviare la dirección para que llegues, hasta luego.
No me dio tiempo de despedirme igual de él, porque colgó la llamada de inmediato, sostengo mi teléfono unos momentos en mis manos y a este le llega una notificación, suponiendo que sería la dirección que me habría enviado el director.
Ahora le daría la cara a Leonardo, suponiendo que no había pasado nada malo entre nosotros, pero al ver hacia el sofá donde se encontraba antes, ya no estaba allí, así que me moví un poco por el lugar tratando de escuchar algún movimiento y adivinar donde se encontraba.
Hasta que doy con la pequeña cocina, estaba dándome la espalda, así que no notara mi presencia si seguía en silencio, él se movía buscando cosas mientras seguía preparando algo de comer, así que para no asustarlo o algo le doy unos pequeños golpes a la puerta para que supiera que estaba allí.
-Hola.
El pelinegro se gira para verme y sonrió de medio lado, llevaba la camisa bastante arrugada.
-¿Ahora ya puedes hablar?
-Lo siento... era uno de mis jefes... quieren que vaya ahora a firmar el contrato y presentarme ante su equipo, fue su llamada lo que me despertó.
-Una lastima, estaba a gusto durmiendo... ¿Vas a comer siquiera algo?
-Por favor...
Leonardo se gira nuevamente para seguir cocinando y yo me quedo allí de pie observando lo que hace.
-¿Te quieres dar una ducha mientras todo está listo? Te puedo llevar después.
-Claro.
El pelinegro deja varias cosas sobre las hornillas y las tapa para salir de la cocina pasando por mi lado, así que yo lo sigo con la mirada, él entra a una habitación, saliendo de ella con una toalla en mano, y después seguirlo para enseñarme el baño y cosas que debía de saber.
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No Quería Decir Adiós
Genç KurguQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...