Capítulo 48: La carta

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Estaba revisando los últimos correos que me había enviado Fernando, donde era asistencias a algunas entrevistas, fotos y demás, desde que había salido los primeros capítulos de la serie al aire, había comenzado a llegar más correos de lo normal, y por no decir el aumento que había tenido en mis redes sociales.

No había vuelto a hablar con Oliver desde entonces, y tampoco tenía la intención de buscarlo, lo había dejado todo muy claro la última vez que nos vimos, que ya no estaría aquí, pero como siempre deberíamos seguir actuando para los demás, pues la entrevistas y fotos que se vendrían la gran mayoría serían con él.

Unos golpes a mi puerta me distraen de mi cabeza y alejan mis pensamientos del rubio, me levanto de la cama para caminar hasta ella y abrirla, y era precisamente los ojos verdes de Jaden quien estaba allí mirándome.

-¿Podemos dar un paseo?

Desde que había llegado no creo que haya salido mucho, salvo las veces que salimos, porque no se podía exponer tanto y más cuando mi situación con Oliver no ayudaba, todos querían saber dónde estaba Jaden y varias llamadas que había tenido con mi mamá ella había estado un poco preocupada por él, pero aunque no me gustaba mentir, tampoco quería que el pelinegro la pasara mal por mi culpa, luego resolveríamos los dos qué haríamos, pues había sido él quien se metió en este medio enredo.

-Déjame buscar un abrigo...

Vuelvo y cierro la puerta a mi espalda, y me recuesto en ella para darme tiempo de suspirar un poco, aunque haya pasado el tiempo, volver a ver al pelinegro me di cuenta que las cosas no han cambiado, y puede que Oliver hubiera tenido razón cuando lo dijo, pero qué podríamos hacer los dos... si estábamos casi como atados de manos.

Al coger el abrigo salgo de la habitación para mirarlo de nuevo, había mejorado un poco su aspecto con el paso de los días y sus sonrisa había recuperado el color, y había comenzado a entrenarse un poco, porque también se le notaba.

Bajamos a la calle en silencio, mientras el frío comenzaba apoderarse del entorno y eso me gustaba, pero estar allí en compañía de Jaden, aunque se sintiera raro también era un tanto agradable verlo a mi lado de nuevo, aunque ya no era como antes, aún había algo que nos unía, más allá de ser simples hermanos.

-¿Te sientes bien? -dice Jaden. -Digo... en estos momentos con el clima y todo...

-¿Salimos a hablar del clima? -le digo mientras una sonrisa asomaba por nuestros rostros.

-No... pero no sé qué decir...

-¿A qué te refieres? -le pregunto.

Jaden guarda sus manos en los bolsillos de la chaqueta mientras seguíamos caminando, pero esta vez se puso un poco tenso y bajo la mirada.

-Nada... ¿Te puedo hacer una pregunta un poco personal?

Miro a Jaden por el rabillo del ojo y le sonrió para darle confianza mientras seguimos avanzando por la calle.

-Claro.

-¿Qué hay entre tu y ese rubio?

-Nada... -no es que me hubiera tomado por sorpresa, eso era lo cierto ¿No? -Solo... somos amigos

-Muy buenos amigos diría yo...

El pelinegro gira un poco la cabeza para mirarme y yo hago lo mismo para clavarle los ojos.

-Jaden, por favor no.

Pero este sonríe y alza las manos en son de paz.

-Tranquilo está bien. -dice el pelinegro.

No Quería Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora