Llamaban a la puerta y no necesitaba adivinar para saber de quién se trataba, lo había dejado bien claro, antes estaba pensado que se demoró en tomar la decisión, no me preocupe por mi aspecto después de haber salido del estudio, estaba terminando unos trabajos para entregar, así que me daba igual si cumplía con su palabra.
Al abrir la puerta, él estaba recostado en el marco de la puerta con una mano sosteniéndose igual de ella, como si se fuera a caer hacia delante cuando se abriera, levanta la mirada y me encuentro con sus ojos azules.
Esperaba encontrarlos, pero sabíamos a lo que venía, lo que buscaba, Oliver entra para yo cerrar la puerta tras él, suelta el maletín que llevaba y lo pone en el suelo, cerca del sofá gris grande.
-Siento la demora, tuve que salir a comer después con mi madre, se lo había prometido.
-Claro... -me remuevo un poco nervioso, mientras él rodea el mueble para sentarse. -¿Vas a tomar algo?
Oliver asiente y me pide un vaso con agua, mientras se acomoda en el sofá, así que voy directo a la cocina y se lo entregó.
-¿Es enserio lo que me dijiste hoy en el estudio? -lo dice mientras toma un sorbo de su agua.
-Acabemos con esto, ya estás aquí.
Me arrodillo en el sofá mientras Oliver deja el vaso de agua en la mesa, para poder tomarme por la cintura y acercarme a él, nos besamos, estos eran reales, cargados de deseo, lujuria por dentro, y yo me dejaba llevar por ellos.
Sus labios dominaban aquel beso, sus manos querían poseer mi cuerpo, recorrer parte de él pero yo también lo quería hacer, quería estar con el rubio.
Nos separamos unos momentos para tomar aire y en eso nos miramos a los ojos, no eran iguales a los que en su tiempo estuve acostumbrado a ver, pero en ellos también tenían el mismo deseo.
Necesitaba sacarlo, prometí darme una oportunidad, como él lo hizo, así que me acerco a Oliver para volver a besarlo, pero esta vez era yo quien mandaba, era yo quien tomaba las decisiones.
Mis manos viajan a su pelo que esta vez estaba despeinado, a este chico nada le quedaba mal, por más que tratara parecer desarreglado, más hermoso era, mis dedos se van enredando y desenredando con cada centímetro que recorría de su cabello.
Su olor estaba inundando, al parecer si sabía a lo que venía, él me quería, tanto como yo lo quería tener a él, comienzo a deshacerme de su camisa azul, pero él me toma de las manos para que pare un momento.
-Espera... tenemos toda la noche.
Oliver comienza a besar y morder mi cuello, dejándome llevar por el pequeño placer que eso me estaba produciendo, y en un impulso me dejo llevar por sus manos, dejándome sacar la camiseta que llevaba, nos dejamos caer en el sofá, el rubio estaba encima mio, manejando su alrededor, sigue con sus besos y mordidas por mi pecho para llegar a mi abdomen.
Tenía su mano derecha en mi cuello, mientras seguía mordiendo mi cuerpo, haciendo que pequeños escalofríos llenarán mi cuerpo, esto combinado con el placer que él me producía. Su mano izquierda iba trazando el camino hacia el siguiente movimiento, tratando de sacarme los pantalones para dejarme al descubierto.
Pero una vez los desabrocha sube nuevamente a besarme, mientras nuestros miembros aprisionados por telas se rozan rogando a juntarse, Oliver comenzó con movimientos, haciendo que nos provocáramos más.
El rubio se levanta y yo con seguir besando sus labios lo sigo, nos arrodillamos ambos en el sofá, mientras esta vez mis manos viajan de nuevo a su camisa y comenzar a desabotonarla, pero no terminó del todo, solo tengo su pecho al descubierto, lo conocía, pero ahora lo miraba de manera diferente, ahora podía tocarlo con deseo, poder pasar mis manos por él sin una coreografía.
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No Quería Decir Adiós
Teen FictionQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...