Esa mañana había despertado completamente solo en mi cama, pero el desorden de la noche anterior todavía permanecía, pero ya no dejaba rastro del rubio por ningún lado, y fue cuando los recuerdos de la noche pasada me llegaron de nuevo a la cabeza para bombardearme con preguntas...
¿Había hecho mal? No le debía explicación alguna a alguien, pero me había ganado la confianza de Leonardo y... ¿Podría haberla traicionado? ¿Me convertía en mala persona? Pero no me mataría la cabeza con tantas preguntas, lo dejaría pasar por el momento, lo podría ir resolviendo conforme pasen las cosas, al final Oliver no había seguido la mañana conmigo, prueba de que solo era una vez ¿No?
Y por mi eso estaba bien, no necesitábamos seguir encontrándonos, me quedo unos momentos en cama, tratándose de quitar la pereza o más bien repasando partes de mi cuerpo que estaban un poco manchadas, unos pequeños dedos se asomaban por mi cadera y mis tobillos, y me sonreí, sin saber el por qué, pero me hizo sentir bien liberar un poco de mí, por no decir que casi todo.
Recogí y arregle un poco el apartamento para que estuviera más presentable, ese día no tenía que ir al set y lo agradecí, con eso saque tiempo y hable con Charlotte para ponernos de acuerdo y desatrasarnos de trabajos que ella muy a gusto me ayudó.
Me bañe para alistarme mientras esperaba a que llegara la pelirroja y con eso pasaron varios minutos pues me concentré bastante en el baño, dejando que el agua se llevara los residuos de la noche, como si pudiera quitarme el pedazo de culpa que sentía pero a la vez disfrutaba, deje de frotar los pequeños hematomas que me habían dejado los dedos de Oliver, podrían disimularse bastante, igual pasado dos días ya ni se notarían así que no me preocupaban bastante, pues cada vez que repasaba parte de mi cuerpo podía sentir sus labios recorriéndolo, como mordía mi cuello, pues no lo note, hasta mirarme en el espejo pero allí también tenía una marca.
Al salir del baño y alistarme trate de disimular un poco aquel morado, pero la única forma era utilizando un buzo de cuello alto, o una camiseta con el cuello bien cerrado, pero por ahora no saldría así que me puse una camiseta holgada e ir a prepararme el desayuno.
Cuando fui a la cocina a prepararme el desayuno, había un paquete en el mesón, así que me acerco para mirar de qué se trataba, tenía una pequeña nota en la parte superior donde ponía "Come, me tuve que ir temprano." No quería que sonara convencido de mi parte, pero nadie más pudo haberla dejado que Oliver, al abrirla dentro traía un pequeño desayuno saludable, con fruta, yogurt, cereales y demás.
Saque la primer fruta que vi, que era una manzana, y me dispuse a comerla mientras preparaba el yogurt con los cereales, y en eso alguien llama a la puerta, así que supuse que debía ser Charlotte, al abrirla la pelirroja me recibe con un abrazo mientras pasaba y dejaba su bolso en la mesa de vidrio del salón principal y se sentaba en el comedor conmigo, le ofrecí de comer a ella, ya que había bastante comida, y ella aceptó.
Lleve todo el paquete al comedor para que ella pudiera coger lo que quisiera y así pasábamos un poco el rato mientras me iba contando que había pasado en la universidad últimamente, y con eso aprovecho también para contarle como me estaba yendo en la producción, y por no quedarme corto también la invite a la fiesta de esa noche, pues Eider había insistido mucho que tenía que ir.
Pero sin percatarme muy bien, ella busca algo más en el paquete y con eso saca la pequeña nota que habían dejado para leerla en voz alta, mientras yo me quedaba con los ojos y boca abiertos, no caí en cuenta de ello, y sabía que me comenzaría hacer preguntas.
-¿Qué pasa aquí Sam? -lo pregunto con una rara expresión en el rostro, luego de lucir una sonrisa. -¿Quién se tuvo que ir temprano?
Bajo un poco la mirada, tratando de que la sangre no llegara a mis mejillas, pero creo que la sonrisa que se escapó de mis labios no ayudó mucho.
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No Quería Decir Adiós
Teen FictionQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...