Estábamos en el estudio de grabaciones, y tenían listo el set de grabación, habíamos repasado el guión varias veces de las escenas que haríamos hoy, en ellas aprovecharíamos la locación en que nos encontrábamos, para sacarle el mejor provecho posible, o eso había dicho el director.
Varias de ellas solo estábamos el rubio y yo, y una que otra aparición de algún otro personaje para complementar las escenas.
Oliver tenía que besarme en las próximas escenas, pues estábamos protagonizando varias tomas, según nos había explicado el director íbamos a filmar las partes en que nuestros personajes se dejaban llevar por sus impulsos, o se declaraba un poco su amor.
Creo que me enamoraba cada vez de mi personaje, así como mi personaje estaba enamorado del rubio.
-¡Listo el set! ¡Vamos a comenzar! -el director se dirigió a toda la producción mientras a Oliver y a mi nos daban los últimos retoques, Leonardo me acompañaba esta vez, quería descubrir de qué se trataba y le había pedido permiso al director de traerlo, esperaba poder seguir con mis líneas, confiaba en que me controlaría bien.
Oliver toma su posición inicial igual que yo tomo la mía que eran en extremos contrarios.
-¡Aaacción! -inhalé hondo, mis nervios estaban comenzando.
Estaba dándole la espalda al rubio, él llamaría mi atención y allí se iría desarrollando la escena, algo que es diferente al teatro, era que las escenas se hacían en desorden y en edición se juntaba todo de forma lineal.
-David... -comenzó diciendo el rubio.
Me volteo para poder encontrarme con sus ojos observando, estábamos confundidos, según entendí él no podría estar allí, pues habían tenido una pelea por culpa de terceros personajes y este era su reencuentro.
-Juan... ¿Qué haces aquí?
El rubio comienza a caminar hacia mí, él estaba decidido a lo que iba a hacer, mientras yo tenía que demostrar inseguridad, miedo, confusión (eso decía el guión).
-Vine a buscar la forma en que puedas perdonarme, te he estado buscando de muchas formas en la vida, en diferentes rostros, en diferentes colores y ahora que puedo tenerte, que te he encontrado...
El chico de ojos azules llega a mi altura y toma mis manos para unirlas con las suyas, esta vez bajo la cabeza para mirar nuestras manos, su contacto era diferente pero agradable, él estaba calmando mis nervios, con su manos derecha levantó mi mentón para que pueda mirarlo, era realmente apuesto. Pero todo era actuación.
-No te quiero dejar huir, y si es necesario viajar a otro lugar o otra vida por ti... lo haría una y mil veces posible. -termina diciendo.
Juntamos nuestras frentes como queriendo compartir nuestros mismos pensamientos, pero lo único que podía sentir en él eran las ganas de alejarme después de todo, nuestras narices se rozan y dejamos que un pequeño beso salga de nosotros.
-¡Corte! -la voz de director me hace despertar y suelto inmediatamente mis manos de las suyas y de su beso dejándolo en la mitad. -Chicos vamos hacer unas primeras tomas de sus rostros, vuelven al beso y siguen las líneas.
-¿Enserio él tenía que venir? -fue Oliver quien me habló esta vez, se refería a Leonardo, así que volteo a mirarlo, estaba sentado una fila detrás del director, él sonreía al verme y yo sonrío con ese simple hecho.
-No está haciéndole daño a nadie y tiene el permiso de Fernando. -le digo.
Los camarógrafos se acercan a nosotros y tratan de encontrar las mejores tomas de los dos, tener el lente tan cerca es diferente, pero bastante dramático para aceptarlo, y creo que esa pequeña descarga de adrenalina que me paso por el momento la aproveche al máximo.
ESTÁS LEYENDO
No Quería Decir Adiós
Teen FictionQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...