Capítulo 36: Que buen día

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Cuando abrí por fin los ojos el día después vi las sabanas de aquella cama blanca, revueltas a mi alrededor, miré un poco hacía la ventana, se veía el cielo un poco gris y al parecer sería un nuevo día frío y eso me gustaba, me gustaba como me sentía en esos momentos, una tranquilidad, o quizá una felicidad que nada la podría alterar.

Deje que mi cuerpo se siguiera despertando de a poco y al reparar bien, me di cuenta que el rubio no se encontraba allí, así que me levante de a poco sintiendo un poco mi cuerpo liviano, como si estuviera en una nube, la puerta de la habitación estaba cerrada, y cuando salí de ella, no sabía hacía donde dirigirme exactamente, pero fue la voz de Oliver a la distancia que supe a donde ir.

Estaba al parecer cerca a la entrada, al acercarme este estaba mirando hacía una ventana, dándome completamente la espalda.

-Creedme que es mejor decirlo después, ahora no quisiera que indisponga a ninguno de nosotros.

Hablaba por su celular, y ni sabía a lo que se refería, y tampoco sabía cómo acercarme a él, como lo saludaría, estábamos compartiendo y generando una cierta confianza entre ambos, pero no sabía como se lo tomaría él.

No quise pensar mucho que iría a hacer en esos momentos, así que me acerque y pase mis brazos alrededor de su cintura, dejando que mis dedos y palmas rozaran toda su piel, pero aquel contacto no se lo esperaba el rubio, dando un brinco asustado.

El contrario tomó su teléfono con fuerza para mirarme con los ojos un poco sorprendidos.

-Hablamos luego ¿Vale? -Oliver cuelga la llamada para mirarme. -Sam... ¿Qué haces aquí?

-Dormí aquí... -aun tenía mis brazos alrededor de su cintura y un poco cerca a su pecho, pero lo miraba a los ojos. -Lo siento.

Y fui retirando mis brazos de su alrededor, pero este soltó el teléfono dejándolo en el mesón de la cocina para detener mi manos.

-No, no me refería a eso, no quería ser grosero, me sorprendiste.

-¿Y eso puede ser algo malo?

-Al contrario me gusto esta sorpresa tuya, pero no nos podemos demorar mucho, estaba hablando con Fernando, nos espera bastante puntuales hoy.

Había olvidado por completo la entrevista que tendríamos este día, no me había fijado siquiera en la hora que era, el rubio toma mis muñecas para que termine de abrazar su cintura y con eso hace que me acerque más a él, apoyó mi cabeza en su pecho y este pone su mentón sobre mi cabello.

-Pase lo que pase, me gusta que ahora confíes en mí.

No sabía exactamente a qué se refería, pero también me hizo cuestionar eso ¿Qué era lo que pasaba ahora entre los dos?

-¿Por qué dices esto ahora?

-Porque te arrastraré rápidamente a la ducha, nos tenemos que ir ahora mismo. -Oliver me separa de su lado para mirarme a la cara y avanzar a mi lado, llevándome con él.

No tuve siquiera tiempo de mirar mi celular, pues Oliver estuvo casi ayudándome a que no me distrajera para llegar lo más rápido, nos bañamos juntos, y este me beso el cuerpo, habían unas pequeñas marcas en mi cuerpo que sabía que había dejado él la noche pasada, pero que este beso con ternura. Pasamos por mi apartamento para cambiarme, para unos veinte minutos después llegar al edificio donde se suponía nos estaban esperando.

Al llegar allí los del equipo de grabación nos recibieron casi de inmediato para comenzar a prepararnos, Fernando nos esperaba también allí quién había llevado algo de ropa para estar mejor presentables y se lo agradecí al final.

No Quería Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora