Capítulo 35: Algo cambio

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-¿Quién diría que te molestabas conmigo haciendo esas escenas? -dice Oliver cuando estaban pasando una escena comprometedora de ambos.

Le doy una mirada al rubio y este se reía de mí, al notar mi mirada sobre él no pudo evitar también devolverme la mirada.

-No me molestaba... solo que para ese entonces eras un idiota.

-¿Y aún lo sigo siendo?

-Claro que no.

-¿Qué ha cambiado?

Y quizá también fue una buena pregunta para mí mismo, ¿Qué había cambiado? No lo sabía exactamente, quizá no me quería ver o sentir solo, y ahora era él quien me daba ese refugio.

-Quizá tú fuiste el que cambio.

Y eso al parecer también lo hizo reflexionar, pues se quedó solo unos momentos en silencio con sus ojos sobre los míos. Pero él no tuvo palabras para mi, sino que tuvo una acción que no esperaba y fue cuando sentí sus labios sobre los míos.

Correspondí su beso, que en un principio fue lento y con unas pequeñas dudas, pero que con los segundos que iban pasando, estas se iban despejando, hasta que siento como su mano iba pasando por mi cuello, queriendo unirme más a él.

-Puedo hacerte otra pregunta. -dice Oliver rompiendo nuestro beso.

-¿Qué es?

-¿Por qué te molestaste conmigo desde un principio?

-Creo que la mayoría del tiempo estoy a la defensiva, y que llegarás tú queriendo entrar rápido a mi vida... no estaba preparado en esos momentos para algo así.

Oliver se queda mirando el oscuro de mis ojos, mientras yo trataba de descifrar lo que quería averiguar, pero me distraía con cada movimiento del azul de los suyos, pero este de nuevo se fue acercando a mi, mientras de fondo se oían nuestras voces en el gran televisor, su mano que aun seguía en mi cuello, me fue acercando también a él.

Y nuestros labios se vuelven a encontrar por unos segundos, pero fue un beso corto, pues este fue interrumpido con el sonido de su teléfono, pero que este quiso ignorar, y unos segundo después fue el mío que comenzó a sonar, y al tratar de quitarme del lado de Oliver este me retuvo para que no me alejara de él.

-Solo quédate aquí conmigo.

-¿Y si es algo importante?

-Podrá esperar... me muero por conocerte cada vez más, saber qué es lo que pasa por tu cabeza, qué es lo que temes, besarte, besarte hasta desgastar nuestros labios.

Pero no se necesitaban más palabras para que nuestros cuerpos desearan estar el uno con el otro, y cada uno supo aquello, y sin más el rubio nota como me acerca para besarlo esta vez y aun con su mano me atrae más hacia él, ejerciendo una presión un poco más intensa.

Y aquello no bastaba cuando aquel chico me tocaba, pero quería que hiciera más, así que abrace su nuca con ambas manos para que no nos separáramos y al hacerlo seria solo para tomar un poco de aire, el rubio me toma de mi pierna derecha para atraerla hacia él, pero eso implicaría estar sobre él, pero yo solo me dejaba llevar.

Cuando estuve sobre él pude sentir lo que yo causaba en él, así como lo que él causaba en mí, pero más allá de ese deseo, era el juego que él llevaba conmigo, pues este paso sus manos a mi cintura, hasta llegar a la parte inferior de mi camiseta y poder poner sus dedos en mi piel, que en un principio estuvieron fríos hizo que tuviera un piloerección en toda mi espalda, haciendo que se me escapara una risa por su tacto.

-¿Te gusta? -pregunta Oliver con una sonrisa en su rostro.

Y creo que todos deberían experimentar esa sensación con alguien, reírse y tener una sonrisa en la intimidad, va mucho más allá de un deseo, pues allí no estabas solo conectando tu cuerpo, sino también tu alma, tu ser, y quizá un poco tus sentimientos.

No Quería Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora