Los días siguientes los doctores iban y venían, al igual que los fisioterapeutas para ver mi estado, revisar mis tejidos y movimientos, pero de resto no pasó nada más interesante, me dejaron salir dos veces de la habitación y de allí conocí el balcón del hospital que daba a una avenida.
Así que en esos momentos aproveche y pude hacer una videollamada con mi mamá, lo cual se mostró bastante sorprendida cuando vio que estaba casi calvo.
"Era un nuevo look" le dije para que no comenzará a preguntar más, pues igual de aquella manera no se venía la cicatriz que tenía en la cabeza y a los lados.
Aunque ya necesitaba tener un corte nuevo, mi mamá se alegró de verme y me arriesgué un poco a preguntarle sobre el problema que tenía la otra vez, a lo que ella evadió la pregunta.
Pero quería saber si todo aquello se debía a Jaden, así que me atreví a preguntar por él, pero por más que quisiera evadirme la pregunta se estaba delatando ella sola.
"En la universidad le ofrecieron ir a una excursión para conocer un hospital de medicina, así que está allá" me mentía y lo sabía, aunque él le hubiera mentido a ellos, ella no tenía necesidad de hacerlo conmigo, y para no bajar mi humor tuve que despedirme, no quería torturarme con aquello.
Aquel día al regresar a mi habitación Jaden estaba terminando de empacar algunas cosas suyas en un maletín con el que siempre andaba.
-¿Qué haces?
-Nos vamos, te traje algo de ropa para que te puedas cambiar.
Y al acercarme a la camilla estaba todo, el pelinegro estaba concentrado haciendo su trabajo, pero había algo que en mi cabeza no dejaba de caminar, y por más que quisiera ignorarlo o dejarlo de lado, la inquietud me ganaba.
Pero Jaden estaba tan concentrado haciendo aquello que mejor no quise molestarlo, me cambié en el baño de la habitación, no quería demorarme pero trataba de no lastimarme al quitarme la chaqueta y la bata del hospital y al ponerme mi ropa, pues recordaba la última vez que había estado en un hospital Jaden tuvo que volver a ponerme el catéter.
Una parte de mi volvió a ese momento, en el que todo era muy lindo entre nosotros, en la forma que se preocupo por mí, pero el tiempo también nos había hecho quizá madurar, o cambiar un poco, y por más que quisiera ser delicado al ponerme mi buzo no pude y con el puño de la manga el catéter salió casi volando de mi mano.
-Mierda!
Fue rara la sensación y me quedó doliendo, no recordaba aquella sensación, tuve que recoger de inmediato aquella aguja y salir de inmediato.
Pero lo primero que me fije fue en el pelinegro que estaba terminando de recoger unas cosas en una de las mesas de noche, me fije en su mirada, y como lo estaba pensando antes, él había cambiado, su mirada no estaba cargada de unas bolsas un poco oscuras a su alrededor.
Me acerco más a su lado y me siento en la camilla para seguir fijándome en él, unas finas líneas se habían hecho alrededor de su seño al igual que en sus ojos, no quería distraerlo ni nada pero se dio cuenta de ello.
-¿Pasó algo allí dentro? -pero me distraje unos momentos en el que él clavó su mirada en la mía, desde que había llegado no había visto sus ojos de aquella manera, el verde que tanto ansiaba ver desde hace tiempo. -¿Qué? ¿Tengo algo?
-No... solo te estaba viendo.
-Y... ¿Hay algo que te gusté?
Todo... ¿Podía decir eso? Pero no, no lo podía decir, aunque quisiera decírselo, quería gritárselo, pero... no, no le daría rienda suelta a aquel sentimiento, a todos los sentimiento que por estos meses he estado tratando de calmar o ocultar.
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No Quería Decir Adiós
Teen FictionQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...