Capítulo 21: No importa nada

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Me miré una vez más al espejo que tenía frente a mí, no sabía qué estaba haciendo en esos momentos. Si mi mente no me estaba mintiendo me estaba preocupando por estar bien presentable para asistir a la reunión a la que me había invitado Oliver.

Una parte de mi se preocupaba por estar bien vestido, y dar una buena apariencia, llevaba una camiseta negra con una chaqueta de denim a juego con mi pantalón, mi cabello iba bien peinado y había procurado que mis ojeras dejarán de notarse últimamente.

Esa noche Leonardo no iría por mí, pues fue Charlotte la que se ofreció en llevarme, y así el pelinegro no tendría que molestarse en quedarse hasta tarde en tal caso, pero también había quedado en ir aquella reunión, pues las noches anteriores que había estado allí en el apartamento conmigo habíamos sacado tal noche a colación.

Y este me convenció en que iría así que no me importo y le compartí la dirección que me había enviado el rubio a lo que esté identificó era un hotel en el centro de la ciudad, Según entendí sería en la terraza del mismo, y con el frío que comenzaba hacer en las noches, lo pensé bastante para vestirme esta noche.

Habían pasado solo dos días desde que había llamado a mi hermano y aquellos días me la pase estudiando los guiones y enviando trabajos de la universidad que Charlotte quedó en explicarme pero que se había excusado en que estaba bastante ocupada, pero si que me vería esta noche, así que busqué mis formas para poder enviarlos lo mejor que pudiera, desatrasarme de todos los temas vistos.

Leonardo se quedó una de esas dos noches a dormir, pues nos quedamos viendo una película en el salón principal, que al final no le puse ni cuidado, pues del cansancio seguía memorizando las líneas en mi cabeza, pues esta vez que volviera a escena no sería mi culpa si nos equivocábamos, y también darle una mejor presentación a Oliver.

Estaba terminando de arreglar mi cuarto esa noche, no sabía en qué condiciones podría llegar, pero si esperaba que estuviera en las mejores, esa noche no tomaría nada, pues el trago que había probado desde que llegué era muy diferente al que antes tomaba.

Hasta que escucho como hacen sonar el timbre del apartamento, era el sonido del portal para que le pudiera abrir, miré rápidamente la hora para comprobarla y estaba un poco temprano, habíamos quedado en vernos a las 10 para llegar a las 10:30, pero aun eran las 9 de la noche, pero aun así me acerco al teléfono para saber quién era.

Y que resultó siendo cierto que la pelirroja ya había llegado, deje la puerta abierta para que pudiera pasar mientras yo iba al baño para echarme un último vistazo y cepillar mis dientes, una vez acabe habían pasado varios minutos desde que le había abierto la puerta a la pelirroja, pero ella no había siquiera pasado a saludarme. Así que salí del cuarto de baño para caminar al salón principal.

Y allí estaba sentada en el sofá gris abrazando sus piernas, no era como la recordaba los días pasados, estaba totalmente destruida.

Me acerco para comprobar lo que estaba viendo ante mí, la chica tenía su cabello hecho una maraña, estaba recogido en una coleta, llevaba ropa bastante ancha, o más bien como si la hubiera estirado, tenía su cara oculta entre sus brazos, me acerco lo suficiente a ella para apoyar mi mano en su hombro derecho.

Ella se sobresaltó por un segundo y levanta su rostro para mirarme, y creo que no pude ocultar mi sorpresa del mio, pues sus ojos estaban bastante rojos de llorar, aún tenía lágrimas en ellos, no sabía exactamente cómo reaccionar ante lo que tenía frente a mí, pero sin esperar alguna otra palabra abro mis brazos para que la chica se pudiera acercar a mí.

Y lo hace sin esperar algo a cambio, se refugia en mi pecho para seguir llorando en silencio, pues sentí como se iba humedeciendo mi buzo al contacto de mi piel, pero no importaba, no me despegue de su abrazo, le acaricia la espalda y su cabello.

No Quería Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora