La semana que estaba pasando era la inducción para las personas que estaban haciendo intercambio, así que con ayuda de Charlotte hice varios conocidos de diferentes países, entre ellos varios de latinoamérica.
Toda la mañana la pasamos escuchando a los directores de programa hablando y con nuestros guías pegados a los talones (No se me hace nada raro, ni incómodo) para seguir mostrándonos partes y edificios de la universidad que para ser verdad era bastante amplia, hasta una avenida pasaba por ella. La A - 6 si no estaba mal que daba a Coruña.
Me la estaba pasando bien conociendo a Charlotte, me estaba ayudando a escapar de todo, en las noches que ya pudiera hablar con mi mamá me preguntaba cómo me había ido, y cosas como esas, hablaba poco con mis amigos, al parecer el estudio ya los estaba consumiendo, a mi solo me separaba tres días de comenzar oficialmente con todo eso.
Me he llevado un poco mejor con Leonardo y conocí a Manuel que es su compañero de trabajo, solo que él es mucho más reservado y se concentra en su trabajo, que por cierto a mi lado debía de ser muy relajado, del apartamento a la universidad y de allí de nuevo al apartamento.
Estaba sentado en uno de los grandes prados bajo la sombra de un árbol, Charlotte estaba a mi lado junto con varias personas, hablaban un poco de sus estilos de vida, a qué se dedicaban en sus países de origen, si tenían pareja, si tienen muchos amigos...
-¿Y tú qué Sam? -fue Angelica una chica pelinegra de Bolivia.
-Sí! Sam ha estado callado todo este tiempo. -tampoco era tan bueno aprendiendo los nombres, era un chico moreno no recordaba su país. -¿Qué te pasa?
Les doy una pequeña sonrisa para que cambiaran su pensamiento de mí, hasta ahora Charlotte sabía lo básico de mí, y tampoco era tan abierto a hablar con las personas, mas bien soy de los que escuchan.
-Nada... Estoy bien, me gusta más escucharlos.
-Pero cuéntanos algo de ti, ¿Tenéis pareja? ¿Con quienes vivís? -Charlotte sonreía al querer saber de eso, pues compartía esa sonrisa con otra chica líder de la carrera de Administración.
-... -suelto una risa, por cambiar mi humor y dándome tiempo de pensar en qué les diría. -Vivo con mi mamá y hermano, y mi papá... Lo veo las veces que puedo.
-¿Y tu pareja? Sé que debéis de tener a alguien, te delatas cuando suspiras.
No quería hablar de eso, ¿Estaba preparado para hacerlo?, Charlotte no sabía nada, y creo que habría un momento en que tendría que contarle algo rápido para que pudiéramos evitar ese tema, y más si íbamos a ser compañeros de clases.
Pero un grupo de personas se unieron a nosotros, y en él estaba ese tal chico rubio de la otra vez, que indirectamente lo seguía viendo cuando estaba allí, al parecer también estaba encargado de recibir a los nuevos.
Todos nos saludaron y les abrieron campo para que se sentaran con nosotros, estos también se animaron en hablar y contarnos un poco más sobre ellos, y también a lo que se dedicaban, pero cuando acabaron de hablar, la chica de pelo rojo oscuro que tenía a mi lado era la más interesada de volver a mí, y el chico de mirada azul no quitaba sus ojos de mí, lo que me intimidaba mucho más.
Supe del chico rubio que se llama Oliver, estudia derecho, y está en teatro, por parte de su trabajo, cosa que a varios nos llamó la atención pues había aparecido en varias series de televisión del país y fue por eso que le terminó de encajar a Charlotte, porque en días anteriores me decía que se le hacía conocido de alguna forma.
Varios se asombraron cuando les mostraba sus actuaciones por su celular.
-¿Quieres ver? -esta vez se dirigía a mí, porque fui de los pocos que no se le acercó a ver lo que nos quería mostrar, no era por ser mal educado ni nada, solo que había mucha gente a su alrededor y con ese calor no quería sofocarme.
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No Quería Decir Adiós
Teen FictionQuizá no todo era tan bueno como creemos, pero... Quizá podamos aprender a darnos una oportunidad después de una gran caída, porque todo esto lo he aprendido. Unos ojos verdes que olvidamos, y unos azules que conocemos. Quizá sí te quiero... o te am...