Capítulo 15: No lo provoques

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Creo que me estaba sintiendo como un vampiro cuando prueba la sangre por primera vez, simplemente quería más y me estaba gustando lo bien que me sentía conmigo mismo, quizá esto era lo que necesitaba.

Ese día solo tenia que ir al gran edificio gris a tomar unas medidas para un traje, pues no me tocaba trabajar y eso lo agradecí, iba en el carro con Leonardo y Manuel esta vez llevábamos una conversación los tres como amigos, me preguntaban como era mi país, que me gustaba hacer más y cosas así.

Pero ellos tampoco se salvaron de que yo les preguntara cosas, entre esas preguntas me recomendaron lugares para visitar ya que se estaba acabando el verano, y estuvieron dispuestos a llevarme si así lo deseaba si no tenía con quien ir, y por unos momentos lo pensé... si decirle a Charlotte que me acompañara, pero unos ojos azul claro me miraban por el retrovisor y no pude quitar la mirada de él también.

-Joven Sam me preguntaba si abusaba de su confianza para pedirle un permiso de ausentarme ahora... tendré que acompañar a mi padre a una cita... y quisiera...

-No te preocupes... esta bien, si quieres me dejan en el edificio y te puedes ir... -había sido Manuel el que hablo y yo ya había dicho desde antes que no necesitaba dos chóferes cuando con unos estaba bien. -Leonardo puede quedarse conmigo...

Dije lo ultimo y nuestras miradas se vuelven a reencontrar y esta vez soy yo el primero en apartar los ojos.

-Enserio que muchas gracias joven, quizá Leonardo lo pueda llevar ahora a conocer un poco más la ciudad...

-Así es... pensaba decirte eso. -le responde Leonardo.

Después de eso no demoramos más en llegar al gran edificio, los tres nos bajamos del auto y Manuel tomo dirección al metro mientras Leonardo me acompañaba hasta el portal, me estaba acostumbrando a verlo con traje y aunque no le quedaba mal, su ropa casual lo hacia ver mejor.

-¿A donde piensas llevarme hoy? -le pregunto al pelinegro mientras caminábamos y este se hacia a mi lado.

-La verdad... a caminar, no conocerás bien las calles, ni la ciudad subido en un auto, caminar es lo mejor.

Miro a sus ojos y para hacerlo tuve que alzar un poco la mirada, este tenia una media sonrisa pintada en su rostro y no pude evitar también hacerlo.

-Así que dejaremos el carro aquí...

-Puede ser. -responde, mientras me abría la puerta del portal quedándose allí clavándome la mirada. -Yo te estaré esperando aquí.

Asiento con la cabeza mientras pasaba por su lado entrando al edificio, pero en ningún momento quitábamos nuestras miradas, y yo atrapado por el hechizo de sus ojos caminaba por inercia hasta que tenia que doblar una esquina para poder tomar el ascensor, allí quitamos nuestras miradas.

Pero por no mirar bien donde estaba caminando casi me choco con el chico rubio que estaba caminando, y sus ojos azules se clavan en los míos de una forma distinta a la de Leonardo, la de él pedía algo más, quería algo más, en cambio la del pelinegro solo era una mirada...

No sabía si estaba interpretando todo mal, o era más bien mi imaginación, quizá sí, lo quería creer así.

-Hola. -dice Oliver al verme de inmediato.

-Hola...

-Creo que vas un poco tarde.

-No lo creo... -digo mientras miro mi reloj y saber que iba bien de tiempo.

Así que mejor lo esquivo caminando hasta el ascensor y una vez las puertas se abrieron para entrar fue que note la presencia de Oliver a mi espalda, pero no quise darle importación, así que que seguí sin importar mucho.

No Quería Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora