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        Namjoon corría por los pasillos del orfanato, estaba desorientado, no sabía en qué habitación se encontraba su esposo y la directora no era de mucha ayuda pues la mujer estaba metros atrás de él, sus zapatos altos no le permitían correr. 

        La chismosa, corrección, la cuidadora que  estaba anteriormente con Yoona y Jimin alcanzó a Namjoon. 

     ―Por aquí, señor Kim. 

        Dijo dirigiendo  a Namjoon al lugar. 

●●●

        Las puertas fueron abiertas abruptamente  y el estruendo provocó un susto a las tres personas que estaban en la habitación, pero ese no era el problema, sino que el niño estaba a punto de reventar en llanto. 

        Jimin, quien tenía al niño en brazos, comenzó a pasearse por la habitación. Hacía pequeños "shh shh shh"   para tranquilizar al pequeño y  daba pequeñas palmadas en su espaldita. Tal acto parecía rendir frutos pues el niño dejó de llorar. 

        Con una respiración más calmada, Namjoon exhaló el aire que, inconscientemente, estaba reteniendo. 

     ―Mi amor... Lo prometiste. 

        Acusó Namjoon. Jimin no pudo hacer más que agachar la mirada y ruborizarse pues había prometido a su maridito, una vez más, que no  se encariñaría con ningún niño, eso implicaba dar abrazos de más, besitos, tenerlos en su regazo y cargarlos;  suspiró rendido. 

     ―Lo siento, pero en mi defensa, estaba llorando mucho... 

        Namjoon sonrió, su esposo nunca iba a cambiar, siempre  hacía lo que su corazoncito le pedía sin reparar en las consecuencias, lo que significaba... que iba a volver a deprimirse si ese niño le pedía que no lo adoptara. Tal y como lo habían vivido. 

     ―Cielo, tú y yo tendremos una charla más tarde. Por el momento me gustaría saber quién es este campeón. 

        Namjoon acarició la cabeza del niño, las mujeres se sorprendieron y no evitaron soltar un jadeo de sorpresa. El niño soltó una carcajada que enamoró por segunda vez a Namjoon, la primera vez que se enamoró fue de Jimin; su risa se escuchó tan infantil y aguda  que pareciera ser de un bebé y no de un niño de su edad. 

     ―Señor Kim, él es nuevo en el orfanato. No habíamos hablado de él porque se ha estado comportando de una manera agresiva. No permite que nadie se acerque, mucho menos que lo  toquen, a excepción  de la maestra Yoona. 

     ―¡Es tan tierno! 

        Chilló Jimin, ignorando por completo lo que había dicho la directora, al ver que el niño tomaba el pulgar de su esposo para llevárselo a la boca sin lograrlo  ya que Namjoon detenía la acción porque sus manos podrían estar sucias. 

     ―También debo aclarar, que por el estado mental del niño, existe  la posibilidad de que nadie quiera adoptarlo. Su estado es muy complejo. Es muy agresivo, no habla, no camina y evidentemente no va al baño. Necesita ayuda, terapeutas, médicos... Sería muy difícil mantener un niño como él en el orfanato. 

        Namjoon y Jimin se observaron. 

     ―Parece que ustedes le caen bien. 

        Yoona intentó aligerar la tensión del ambiente. 

     ―Por favor, síganme. Continuaremos  con el itinerario. 

        La pareja observó una vez más al niño,  cruzaron miradas y finalmente suspiraron. Jimin intentó entregar al niño a su cuidadora, pero el pequeño se rehusó a soltarlo. Con sus manitas hechas puño se sostenía del saco de Jimin, soltaba pequeños gimoteos  en desacuerdo de separarse de aquel hombre que olía verdaderamente bien. Ese aroma tan dulce le hacía recordar a su mami. Con desesperación estiró una de sus manitas, aún sin soltar a Jimin, hacia Namjoon; ese hombre con manos grandes  y con venas marcadas que hacían resaltar su fuerza, igual a las de su papi. 

        A la pareja se le rompió el corazón, no podían dejarlo, no después de ver como el pequeñito se aferraba a ellos. 

        Pero lo hicieron. 

...

☆Familia☆  ||BTS|| -En edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora