☆Familia☆ ||BTS|| -En edición-

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        Un apresurado hombre corría de un lado al otro, en sus manos llevaba diversos platillos que fueron preparados por él mismo con mucho amor y esmero. La mesa del comedor, a pesar de ser para dos personas, era grande y la mitad de este estaba repleto de comida y postres que su esposo amaba. Era algo exagerado, puesto que solo iban a comer dos personas, pero a Jimin no le importaba en absoluto con tal de consentir a su esposo.

     ―Aunque agradezco todo esto-, su esposo hizo un círculo imaginario sobre los platillos que estaban en la mesa, ―no me vas a convencer.

        Jimin hizo un tierno puchero con sus labios y soltó un suspiro que hacía resaltar su cansancio.

     ―Pero Namjoon...

        Jimin se acercó a su esposo. Namjoon es un hombre alto, con un metro ochenta, y eso le fascinaba a Jimin, a excepción de ciertas ocasiones, ésta por ejemplo. Él no podía darle besitos a su esposo sin tener un poco de ayuda, como un escalón o en su caso, una silla. Había veces que odiaba medir un metro y setenta.

      ―¿Puedes acercarte un poco? Necesito decirte algo.

        Namjoon sonrió, conocía las mañas de su esposo y no estaba dispuesto a ceder. Así que negó con la cabeza. Jimin comenzaba a molestarse, pero Namjoon no podía ser débil.

     ―No, amor. te conozco y no voy a cambiar de opinión. Aunque no lo parezca, me duele tanto como a ti esta separación. Pero solo será un corto tiempo.

     ―Llévame, te juro que...

     ―Ya me has jurado muchas veces lo mismo y nunca cumples con tus juramentos.

     ―Pero...

     ―No está a discusión.

        Jimin exhaló frustrado, su entrecejo se frunció y sus labios formaron una línea. Estaba enfadado.

     ―Prefiero que estés molesto conmigo a que pases semanas deprimido. No me gusta verte llorar.

     ―No tengo la culpa de querer formar una familia, si ese es el problema, lo siento. Espero que te vaya bien en tu viaje.

        Jimin estaba a punto de salir del comedor cuando su esposo lo detuvo de su muñeca, Namjoon se sentó y sentó a Jimin en su regazo.

     ―Por supuesto que no tienes la culpa, amor, pero... Tú muy bien sabías que nosotros no podemos tener hijos, y la adopción...  eres consciente de  que no nos han dado respuesta.

     ―Los niños no nos quieren por ser homosexuales.

        Namjoon quería reconfortar a su esposo, pero sabía que era verdad lo que Jimin decía. La ley les permitía adoptar, pero la opinión del niño o la niña era importante para ellos y al momento de comentar que no tendrían una "mami" como tal, que tendrían a un papá... los niños se negaban a volver a verlos.

     ―No es eso, es solo que... Les cuesta trabajo entender nuestro amor. Son pequeños, debemos entenderlos y ellos a nosotros.

        Jimin comenzó a llorar en el hombro de su esposo.

     ―Nene, eso mismo quería evitar.

        Cuando ellos decidieron adoptar comenzaron por ver a jóvenes adolescentes, porque era muy difícil que los adoptaran y no querían quitarles el derecho de tener una familia. Lamentablemente, la mayoría por no decir todos,  eran homofóbicos y por más que Jimin y Namjoon hablaban con ellos no los hacían cambiar de opinión. Así que decidieron ir con un nivel un poco más pequeño, pero el resultado fue casi el mismo. Los niños se alejaban  y las niñas decían tenerles miedo. No les permitían acercarse. Jimin y Namjoon no querían hacerse ilusiones con un bebé, así que decidieron pausar su búsqueda de un hijo por un tiempo.

        Namjoon era reconocido por su gran extensión de hoteles y restaurantes, mientras que Jimin era un diseñador popular a nivel mundial. Ambos, a pesar de ser multimillonarios, eran muy humildes. Es por eso que cada cierto tiempo brindaban donaciones a orfanatos, pues generalmente eran los que más necesitaban ayuda. Era "obligatorio" que ellos dieran un recorrido en las instalaciones para saber lo que han hecho con las donaciones, pero ellos lo hacían muy gustosos. Incluso hablaban con los niños y adolescentes para saber acerca de sus necesidades y mejorar la ayuda.

         Por un tiempo estuvieron fascinados con ayudar, pero llegó un momento en el que no solo querían pasar unos días jugando con los niños o hablando con los adolescentes, ellos querían formar una familia.

     ―Ahora que ya lloré ¿me vas a llevar?

        Namjoon sonrió, su esposo era tan tierno.

     ―Lo haría, pero no creo que te de tiempo hacer tu maleta y yo tengo que salir en cinco minutos.

        Como si se tratara de un rayo, Jimin salió corriendo hacia la sala. Un poco más calmado regresó con una maleta que contenía ropa para una semana, la semana que duraría el viaje.

        Namjoon levantó una ceja, en su rostro no había señal de la presencia de esos hoyuelos que resaltaban cada vez que él sonreía. Jimin sorbió por la nariz y le regaló una tímida sonrisa a su esposo.

     ―¿Sabías que te diría que sí?

        Jimin sonrió.

     ―Nunca me has negado nada.

        Dijo descaradamente para después correr hacia su esposo y abrazarlo. Esa era la sonrisa que amaba Namjoon.

...