—Es increíble las flores que encuentras en esta época, ¿no te parece? —le pregunte a Emilia mientras observaba el hermoso ramo de gerberas de diferentes colores vivarachos, amarillo, naranja, rosas, rojos y blancos.
—Nunca pensé que encontráramos flores en esta apoca—dijo abriendo la puerta del hospital.
—Es increíble, ¿no?
—Yo hubiese optado por las rosas.
Negué con la cabeza, tomamos el ascensor y nos dirigimos al piso donde estaba mi hermano.
—No, Emi, hay que saber un poco del lenguaje de las flores, estas significan afecto, y son perfectas para mi hermano.
—Creo que debo estudiar—susurro.
Las puertas se abrieron y caminamos hacia la habitación, la puerta estaba entre abierta, asomé las narices, había una mujer con mi hermano.
—Hay alguien ahí—susurre hacia Emilia.
—No debemos espiar conversaciones ajenas.
La mire entrecerrando los ojos.
—Sh...
Puse atención, aquella mujer era rubia con un moño apretado en el cabello, sus hombros estaban un poco tensos, vestía algo formal
—...estoy segura de que no habrá ningún problema.
—Sabes que no deben enterarse de nada—gruñía mi hermano, le colocó una mano sobre la suya.
—Todo está bajo control—afirmó ella.
¿Qué se traía mi hermano con aquella mujer?
Bien, solo dejaría las flores y me marcharía hacia el aeropuerto, me erguí y abrí la puerta.
—Ady—chistó mi hermano, retirando enseguida la mano de la mujer, así que hice caso omiso.
—Buen día a ti también—le dije—solo vine a dejarte estas flores.
—Disculpa, ya me retiro—dijo la mujer con un repentino color en las mejillas, se levantó de su asiento como un resorte.
—Oh, no, no hay problema—me apresuré a decir—solo dejaré las flores y Emilia y yo tendremos que correr al aeropuerto, hoy llegará Jade.
La rubia se quedó en su sitio, un poco incomoda.
—Cierto—convino mi hermano, ahora dijo de manera divertida.
Me acerqué para darle un casto beso en la mejilla.
—Te veré después—le dije guiñándole un ojo.
Aún tenía el parche en el ojo, así que solo podía verle uno de ellos, su gran ojo ámbar brillaban diferente, había una chispa en ellos, podría imaginarme que se debía a aquella mujer, ya después investigaría quien era.
Me despedí de manera rápida y Emilia y yo salimos disparadas de ese lugar.
—Ya Emi, cambia esa cara—le espeté.
La joven fisioterapeuta mantenía una ligera aura seria, aun no se acostumbraba a mi poca prudencia, al parecer Emilia estaba regida bajo una educación algo rigurosa.
En fin, estaba tan emocionada porque al fin vería a mi amiga Jade, su vuelo de Inglaterra estaba programado para las 10 de la mañana, había pasado la noche haciendo un bonito letrero con su nombre "Jade de la Rivera", le compre un ramo de alstroemerias rosas y blancas.
Ya en el aeropuerto, me removía de un lado al otro, empujando con los codos a las personas a mi lado que estaban tan ansiosas por ver a sus seres queridos como yo.
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MURIENDO POR TI (Libro 2)
RomanceA veces la vida que planeamos no es lo que resulta, por mucho que lo deseemos. Para Audrey, ahora su vida se ha convertido en la de alguien desconocido. Para Leonard, luchar es algo que agota su energía cada vez más. Lo que ambos no saben son las...