CAPÍTULO 2 CENTRO HOSPITALARIO PIERRE JANET

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Los doctores suecos en psiquiatría llegaron por la mañana, y se dedicaron parte del tiempo con Audrey.

Ahora, salieron de la habitación de Audrey, se miraron mutuamente, era una mujer y un hombre, ambos rubios y de rostros pálidos, no vestían sus batas, eso ya estaba descartado, no tenían más de cincuenta años, por lo que me había informado Carlo eran esposos, el matrimonio Andersson, la mujer se adelantó hacia nosotros que esperábamos expectantes y tensos.

—Por como las cosas se han presentado—dijo—ella entro en un estado de trastorno de estrés agudo...reacción de estrés agudo, durante este tiempo Audrey se ha dejado llevar hacia un rincón de su mente donde se siente protegida.

—No entiendo—dijo Fleur.

El rostro de todos nosotros estaba en completa duda, toda la mañana me la había pasado con los nervios en punta.

La doctora miro a su esposo.

—Si bien, Audrey ingresó por periodos, comenzó con mutismo, para después adentrarse a la des realización, y ahora se encuentra en un letargo de despersonalización.

—Desde hace cuatro semanas comenzó a hacer eso a no estar...aquí—dije casi con un susurro tratando de digerir lo que estaban diciendo.

—Realmente tengo esperanzas de que reaccione en estos días con el tratamiento que comenzaremos a hacer de inmediato—dijo el doctor que después se cayó por un momento, apretó los labios.

—¿Qué sucede? —pregunte comenzando a sentirme más nervioso y ansioso.

El doctor suspiro.

—Muchos de los pacientes que hemos tenido como ella ha "regresado" con secuelas.

—¿Secuelas? —ahora pregunto exaltado Alexander.

—Si—sus hombros estaban un poco tensos—tienden a tener amnesia disociativa, pueden tener recuerdos de lo sucedido... o borrar parte de su pasado.

—¿Qué? —pregunte estupefactos.

—¿Está diciendo que puede perder la memoria? —susurró lastimosa Madeleine

—Me temo que sí—sentenció el doctor.

—¿Cuál será su tratamiento? —preguntó Nathaniel.

—Terapia cognitiva conductual que incluya la exposición y reestructuración cognitiva, necesita seis meses de tratamiento, la cual estará yendo a nuestra sede de Quebec—anoto algo en sus notas—Ahora mismo saldremos hacia allá para programar sus citas, la enfermera que han contratado ha hecho un buen trabajo con la fisioterapia, en eso no tendremos problema.

—Lo que sucedió con el análisis de sangre que le realizaron primero fue un desajuste hormonal como la catecolamina—continúo diciendo ahora la doctora.

—Eso explica lo que llevó a un erróneo positivo de embarazo—concluyo su esposo.

Suspiré, recordar eso era demasiado doloroso, todo había sido un mal entendido, debí haber demandado al hospital por ello.

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Audrey había escuchado una conversación con la detective Lefonte y un doctor, quizá había creído que había sido yo el que había muerto, pero no era de mi muerte de la que hablaban, había sido la de Doménico.

Audrey se había desmayado, esa fue la última vez que la vieron consciente.

La noticia había llegado a mí, me arrastre hasta la habitación donde se encontraba y pase mucho tiempo con ella hasta que las enfermeras me encontraron y no tuvieron más remedio que atenderme en la misma habitación que mi cara.

MURIENDO POR TI (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora