Dos semanas después.
—Estoy harto—dije tirando de mi cabello.
—Has salido de esta en más de una ocasión
—Es diferente.
—¿En qué lo es?
—Es la mujer de uno de los inversionistas.
Resoplé, estaba harto, todos los días esa maldita loca llamaba, y era o a mi celular, o a la oficina.
—Necesito llamar a Gabriel.
—Esto es algo infantil.
—Solo así podré quitármela de encima.
—¿Qué harás cuando pueda burlar a los agentes?
—Carlo, la haces ver como una psicópata.
Carlo soltó una carcajada con ironía.
—Ya hemos lidiado con ello, ¿o debo recordártelo?
—No—gruñí—solo estoy esperando que la línea se dispare y podre dejar atrás a Banks, tomare mis acciones, me quedare con los confiables.
Carlo asintió.
—En eso tienes razón, nuestros números están creciendo, ya no deberíamos preocuparnos por ello.
—¿Cómo esta Nápoles?
—Bastante bien, debo admitir que Margo, Vito y Ana están haciendo un grandioso trabajo, mantienen las cosas perfectamente bien.
Asentí, la verdad no me había dado dolor de cabeza.
—Es una maldita porquería lo que dejo ese inútil de Smith—abrí los archivos desde la interfaz.
Carlo mostró desde su tableta unas imágenes de Smith saliendo del edificio de los Vial.
—Ha tratado de buscar empleo en la Vial Corporation, pero debido a sus antecedentes le han negado el acceso.
Oliver Smith era el vicepresidente de Prometheus de Montreal, en cuanto llegue, todo lo que siempre había creído que iba bien, en realidad estaba tocando el borde de la quiebra. Carlo y yo nos estábamos encargando de ello ahora, en cuanto supimos lo que había pasado, lo despedí.
—Si seguimos así, debemos revisar las demás sedes.
Apreté la mandíbula, sería un viaje de un mes y sabía perfectamente que Carlo no podría ir solo, no quería alejarme de Audrey, no ahora.
—Lo sé—admití—debemos poner orden, solo espero que Dolores este llevando todo en orden.
—A este paso...creo que es bueno desconfiar de la familia.
Dolores Dómine era hija de la hermana fallecida de mi padre, mi prima, no había tenido mucho contacto con ella, la conocí el día que asumí la presidencia, Dolores se encargaba de la sede latina, exactamente en Monterrey, México, al parecer había vivido bastantes años allí, nunca había tenido dificultades con los reportes finales.
Aun así, no se salvaría de una visita sorpresa, aunque quizá, ya no sería tan secreta, ahora que se había descubierto lo de Smith, el resto de las sedes estarían alertas.
Es una maldita pesadilla lo que había dejado mi padre, ¿Cómo confiar en el resto de las personas?
—¿Por qué no vas a casa? —inquirió mi amigo, cerrando los archivos de la interfaz holográfica del escritorio—Debes descansar—suspiro, se acomodó las solapas de su traje oliva—debemos distraernos un poco—mecí un poco el sillón en donde me encontraba—eh pensado que...
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MURIENDO POR TI (Libro 2)
RomansaA veces la vida que planeamos no es lo que resulta, por mucho que lo deseemos. Para Audrey, ahora su vida se ha convertido en la de alguien desconocido. Para Leonard, luchar es algo que agota su energía cada vez más. Lo que ambos no saben son las...