Salí con un canasto con cinco perritos, mientras que Jade con los otros ocho, Cerbero y Adara tras nosotras, mi familia corriendo hacia la salida. Mientras que el resto de los guardias intentaban protegernos.
Escuche a la lejanía los gritos de Emilio que provenían desde el cuarto de Sol, casi a cien metros de nosotros.
A unos segundos antes de llegar a las hectáreas de jardín, un sonido estridente que azotó todo el Castelo, la tierra se movió con estrepito y nos hizo caer, el golpe fue brusco, el sonido horrendo y de pronto, pedazos y cenizas cayendo sobre nosotros
Fuego en el costado del Castelo, el sonido ensordecedor de aquel retumbar de la tierra que hizo arrojarnos a todos, dejó a la mayoría inconscientes.
Jade se removió a mi lado.
—¡Ah, mi pierna! —se quejó, la vi, tenía un desgarro en el muslo, pero no se vía tan grave.
—¿Estas bien? —dije sofocada, con los oídos aun tapados
—Si—siseo.
De pronto sentí algo mojado debajo de mí, rápidamente me llevé una mano debajo... no es orina.
—Jade—abrí los ojos con sorpresa—rompí fuente.
Jade me miró con terror.
Enseguida, un estremecimiento en la columna y luego, un dolor me atenazó con fuerza.
—Ah—chillé, era un maldito dolor.
—Respira—me decía Jade alterada con el rostro cenizo, haciendo los estúpidos ejercicios de respiración—hoo, ihooo, ihooo.
Intenté hacerlo, aunque los oídos aún me retumbaban, de nuevo un maldito dolor, mucho peor que un cólico.
—¡Ah! —grité y apreté los dientes, y luego se detuvo el dolor, intenté concentrarme en respirar—Jade... los demás.
Jade giró la cabeza hacia atrás, las cenizas le escurrían por el cabello.
—Siguen inocentes, pero están bien.
—Jade, no puedo tener a mi hijo aquí—gimotee.
La fuente se me había roto cuando caí al suelo, Jade estuvo a mi lado, ambas estuvimos consientes.
—Si puedes—me gritó—yo... yo... lo voy a intentar—jadeó—vas a traer a este bebé al mundo y yo voy a estar aquí.
—¿Por qué ninguna ambulancia había venido ya?
Jade me ayudó a quitarme los leggins, otra maldita contracción, Jade me observó.
—Hay mierda—dijo en cuanto terminó su revisión.
—¿Qué? ¿Qué? —intenté respirar.
—N... no es nada—trago—Ady, tienes que pujar.
—¿Ya? —gimotee, no podía sentir qué estaba pasando.
—El bebé esta coronando—gritoneo—¡le veo la cabeza!
Tenía un dolor fuerte en mi vagina.
—Jade... levántame.
—¿No lo harás así?
—Hazlo ahora—le estiré los brazos, me posicioné en cuclillas, esas malditas clases deben funcionar. Jade me ayudó, se quitó su suéter y yo el mío, lo pusimos debajo de mí, la tomé por los hombros.
Nos miramos fijamente, hacia frio, pero, el dolor hacía que me concentrara más en ello.
—¿Lista?
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MURIENDO POR TI (Libro 2)
Storie d'amoreA veces la vida que planeamos no es lo que resulta, por mucho que lo deseemos. Para Audrey, ahora su vida se ha convertido en la de alguien desconocido. Para Leonard, luchar es algo que agota su energía cada vez más. Lo que ambos no saben son las...