CAPITULO 45 EL MENSAJE DE LOS MUERTOS

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Mientras Audrey descansaba en el dormitorio, tomé mi tiempo para llamar a los Russo.

—¿Si jefe?

—Necesito de tu trabajo...

—Creí que se tomaría unas vacaciones, ya que se reconcilió—lo escuché masticar—¡ah! por cierto, se alegrará saber que borré todo rastro de notas amarillistas, soy un genio.

—Ya se verá reflejado en tu cuenta—maquiné mi tableta para hacer la transacción—¿has averiguado algo sobre lo que te pedí? —miré a hurtadillas a Nathe, quien dormía a lado de Carlo.

—Claro que sí, jefe—lo escuché teclear—ha estado inmóvil un tiempo, pero hace tres días hizo una transferencia a una cuenta, de una mujer, una tal Marina Pellegrino—tragó—lo cual es curioso, seguimos tratando con gente muerta.

—¿A qué te refieres?

—Investigué un poco acerca de Marina Pellegrino, era hija de Belén y Luciano Pellegrino, Luciano era un político en ascenso, ambos murieron en un trágico accidente.

—Recuerdo el incidente ... hace años.

Gabriel continúo hablando.

—Marina Pellegrino fue llevada al orfanato de San Francisco de Asís, hasta que falleció por tuberculosis, pero no hay registros, solo una carta de la madre superior donde alegaba ser testigo de la muerte de la niña, de eso ya hace dieciocho años.

—Investiga más, Luciano Pellegrino conoció a mi padre hace tiempo, investiga la relación.

—Sí, jefe, le llamaré cuando tenga algo.

—Que sea cuando llegue al Castelo, dile a tu hermana, que necesito verla en cuanto llegue.

—Ya escuchó, jefe.

Colgué.

Sentía presión en la cabeza, creí que todo este asunto había acabado, pero me equivoqué.

¿Cómo era posible que Darién Rinaldi siguiera vivo?

Carlo había confirmado su muerte, incluso... Travis también la había confirmado.

Todo esto seguía siendo extraño.

El pasado de mi padre aún se empeñaba en arruinar mi vida, desde la tumba continuaba llevándose a gente.

Te estas dejando llevar por el dolor y la frustración, debes mantener la cabeza fría para esto

Me había dicho Doménico hace más de un año.

Entonces hice una pausa.

Ese maldito se las había arreglado para enseñarme algo, una visión diferente y lenta.

Venganza.

La venganza había llevado a Darién a hacer todo esto.

Mi padre mató a sus padres, para poder llegar al poder en la mafia, ¿por qué sus padres? ¿Qué tenían ellos que mi padre quisiera?

Debía meterme en lo profundo del pasado de Julien Dómine y no había otro remedio, más que contactar de nuevo a los Rinaldi.

Pero, sobre todo, debía hablar con Travis Vial, esto no podía quedarse así, no iba a permitir que nadie ni nada tocara a mi familia, de eso no tenía duda.

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—¡LEO! ¿dov'è? —(¿Dónde está?) los gritos de mi madre descendían por las escaleras del primer piso cuando entramos a la sala principal del Castelo.

MURIENDO POR TI (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora