CAPÍTULO 34 ¿MIENTEN?

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—Espera ¿Qué haces?

—Voy por mi esposa.

—No creo que ellas sepan donde esta—protesto Carlo.

Me detuve y lo encaré.

—Sus amigas están aquí, en el mismo lugar donde ella se encontró, eso es obvio—volví a caminar, esta vez directo hacia las dos amigas que daban vueltas por ese lugar, parecían angustiadas ¿algo le había pasado a Audrey? Mi corazón bombeaba fuertemente, acorte la distancia corriendo un poco.

La pelirroja levanto la mirada y se quedó pasmada en su sitio.

—Leonard—soltó sorprendida, la morena levanto la vista palideciendo en su lugar.

—¿Dónde está?

—¿Qué?

—Por favor, díganme donde esta Audrey, se los suplico.

Jade inspiro con fuerza y de pronto, de nuevo, me vi tomado por sorpresa, Jade impulso su mano en mi cara, con una sonora bofetada.

—¿Qué le hiciste a mi amiga? Ella no está aquí—dijo Jade con aplomo—también la hemos buscado... por tu culpa.

—No lo entienden—proteste sin ganas, vaya que si golpeaba fuerte la morenaza—todo es mentira.

—¿Mentira? —chillo ahora Rose—apareciste en todas las noticias, todo mundo se ha enterado del hijo que esperas—exclamo enojada—la humillaste.

—No quise hacerlo, yo la amo.

—Pues no lo suficiente para haberte acostado con esa zorra—grito Jade.

—Ella me drogó—dije conteniéndome, no era bueno alterarme.

Rose frunció el ceño.

—¿Qué dices?

—Ella me drogó y armó todo ese alboroto, estuve en coma por días—me pase una mano por los cabellos—ya la he demandado por difamación, la están buscando, hice que alguien rastreara el celular de Audrey para buscarla ¿Ustedes también la siguieron? —pregunte desconcertado.

—Si—dijo Rose—llevamos días buscándola.

Me lleve las manos a la cabeza, estaba desesperado, ellas tampoco sabían sobre Audrey, Carlo ya estaba aquí.

—¿Nada?

—No está aquí—dije.

—¿Qué hacen aquí? —pregunto mi amigo, señalando el lugar, no quise prestar mucha atención.

—Espero unos resultados—contesto Rose—al parecer los mellizos me han despojado de toda mi fuerza—sonrió cansada.

—¿Dónde... donde se están quedando? —pregunte.

—En la casa de mi novio—continuo Rose—no quiso dejarme sola, así que nos acompañó a Jade y a mi aquí, él ahora se quedó con los mellizos—suspiro.

—¿Les parece si cenamos después? —pregunte un poco nervioso.

—Sí, está bien—confirmo Rose—Y Leonard...—la mire de soslayo—tranquilo, ya aparecerá.

Ellas entraron al laboratorio y Carlo y yo regresamos al hotel.

—¿Qué piensas hacer? ¿Crees que digan la verdad?

—Si la dicen, ella no estaba, si no lo dicen, bueno, ella tampoco esta

—¿Planeas verlas en la noche?

—Bueno, tendremos que averiguar si mienten.

.

.

.

Dante regreso al hotel una hora después sin relevancias, la llamada de Dolores se hizo presente, como los últimos días lo había hecho, conteste cansado.

—No estoy de humor—dije.

—No es mi culpa—protesto—¿Cuándo vendrás? Tengo una lista interminable para ti y si continúas postergándolo esa lista crecerá.

—Espero ver esa lista crecer en el banco.

—Suenas igual que Julien—apreté la mandíbula—espero que tu futuro hijo rompa con ese carácter de mierda que tienen.

—No es mi hijo.

—Todo mundo habla de eso—defendió—recuerda lo que sucedió con tu último escándalo, a la junta no le gustara esto.

—Sabes que no pueden hacer nada contra mí—dije molesto—yo soy el que firma sus contratos—ahora mi tono amenazador—y también el tuyo.

—Ya, pero yo solo te lo advierto, la junta es conservadora.

—Gracias por tu consideración, espero no encontrar nada anti conservador cuando visite la sede. —le colgué.

Dolores creía que me parecía a mi padre, pero, ella tenía toda su esencia, marque a Carlo.

—Dime—contesto enseguida.

—Cenaremos hoy, dejaremos a Dante vigilar esta zona, y mañana viajaremos a la sede, Dolores es un grano en el culo.

—¿Necesitas que llame a Gabriel?

—Sí, que busque lo de siempre, Dolores está desesperada por saber cuándo iré, así que se está previniendo, oculta algo.

Colgué a mi amigo, me dolía la cabeza, todo este asunto, me sentía un completo idiota ¿Cuántas veces dejaría ir a la mujer que amaba?

Camine hasta la mesita de noche, me deje caer en la orilla de la cama, tome el frasco de medicamento y me lleve una pastilla a la boca.

Un par de horas después Rose envió la ubicación de la casa de su novio, le envié la ubicación a Carlo y comenzamos a alistarnos para averiguar si las chicas mentían o no, aun así, podía recabar información.

¿Cómo se habían enterado de donde había estado Audrey? ¿Jade y Rose estaban muy molestas y nerviosas? ¿Ellas me ocultaban? ¿Ellas ocultaban a Audrey? 

MURIENDO POR TI (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora