𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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—Y pues mi mamá me preguntó que donde tenía la maldita pulsera, ¡No supe que responderle! Al final le mentí diciendo que estaba en tu casa, que se me había quedado, pero no sé qué haré si me vuelve a preguntar por esa estúpida cadena...

La voz de Aiko pasó a segundo plano para Saori cuando vio a Sayumi sola almorzar. Jamás se había preocupado por la pelirroja, pero ahora que la veía no podía evitar sentir empatía hacia esta y es que en sí le gustaba estar sola, pero estar sola en un lugar rodeado de personas era algo muy distinto.

—¿Saori? ¿Me estas escuchando? —La rubia regresó su mirada hacia la pelinegra que la observaba con una ceja alzada.

—¿No has pensado en hacer amistad con Sayumi? —Preguntó haciendo que Aiko la mirara sin comprender.

—¿Con Sayumi? —Saori asintió. —Es rara, habla sobre los signos y cree que ya te conoce con sólo verte, además de que se cree terapeuta solo por que su mamá lo es.

Saori no pudo evitar reír por la forma en que su mejor amiga veía a Sayumi.

—¿Pero no te gustaría ser su amiga? —Preguntó nuevamente la rubia.

—¿A ti si?

—No lo sé, la conozco desde que somos pequeñas agregando que su mamá es amiga de la mía y siempre su familia va para mi casa o viceversa...

—Tu estas mal de la cabeza, primero el pandillero y luego esto de hacerse amiga de la rara...

—No metas a Hajime acá.

—¡Uy!

—Volviendo con el tema, creo que sería interesante unirla a nuestra secta.

—¿Secta? ¡Pfff! Creí que éramos el dúo de rockstars.

Ambas se miraron un momento para luego estallar en carcajadas, pero el sonido del celular vibrando de la rubia hizo que esta prestará atención al aparato. Aquel mensaje apenas Saori lo leyó sintió como su corazón comenzó a latir rápidamente.

Hajime💘
"¿Que harás después de clases?"

Rápidamente escribió una respuesta al mensaje y sin darse cuenta comenzó a pensar en la noche anterior, recordó lo bien que se sentía con la compañía de Hajime y lo guapo que era cuando sonreía. Una vergüenza creció dentro de ella luego de recordar aquello que le había dicho, pero es que a veces tenía esos ataques de sinceridad y no podía evitar decir lo que sentía. Algo que agradeció fue que Hajime correspondía a esta curiosidad y al igual que ella él quería conocer todo de su vida. No pudo evitar recordar aquel besó en la frente que le dio el joven como despedida y como deseo que se quedara más tiempo con ella.

Definitivamente necesitaba volver a verlo y estar con él, Hajime le hacía olvidar por un momento todo aquello en lo que no le gustaba pensar. Le gustaba mucho mirar sus oscuros ojos y cuestionarse que es lo que realmente pasaba por la mente del pelinegro.

Realmente no sabía con exactitud qué es lo que le ocurría cuando estaba con Hajime, pero no podía evitar pensar en lo bien que se sentía todo aquello y en lo mucho que deseaba que fuera correspondido todo ese sentimiento que crecía dentro de ella. No podía negar que algo de miedo estaba acompañado de todo aquello que sentía y es que el miedo siempre estaba, él miedo a ser rechaza por Hajime. Rápidamente quito ese pensamiento de su mente.

—¿Qué pasó? Te pusiste sería de la nada... ¿Se murió alguien? —Aiko preguntó preocupada.

—No es nada... —Sonrió la rubia.

Pará suerte de Saori el timbre sonó anunciando el término del receso haciendo que Aiko no pudiera hablar más y ambas se dirigieron al salón. Saori espero a que Aiko se distrajera para acercarse a Sayumi que acaba de llegar al salón al igual que ellas, ya que había acordado salir con Hajime y necesitaba ayuda con sus padres y sabía perfectamente que Sayumi podría ayudarla sin problemas.