𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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Hajime suspiró mientras observaba a Saori, quién parecía estar en otro mundo. Habían pasado tres días de aquel accidente y el estado de Aiko continuaba siendo el mismo, razón por la cuál Saori estaba bastante ida con sus pensamientos. El pelinegro últimamente estaba intentado de todo para distraer a su novia, una de estas distracciones que se le habían ocurrido era sacar a pasear a Harry ya que este estaba bastante gordo y debía de comenzar a hacer ejercicios.

El joven sabía que Harry era de la calle, pero aún así el perro no se iba del lugar de donde estaba, por lo que la idea de sacarlo a pasear y recorrer la ciudad con él no era tan mala idea. Saori aceptó, pero aún así Hajime la sentía muy lejana y le apenaba ver a la rubia así de triste.

Él pelinegro revisó si la correa estaba bien puesta en el animal que movía su cola alegremente, Saori por su parte estaba de pie observando como el pelinegro colocaba la correa. El joven sonrió al comprobar que estaba todo bien.

Se levantó girando su rostro hacia la rubia nuevamente, esta le sonrió algo triste. Hajime no pudo evitar acercarse a esta sosteniendo la correa de Harry haciendo que el animal caminara junto con él.

—Cambia esa cara... —Rogó. —Por favor, no me gusta verte así de triste. —Levantó su mano libre para acariciar la mejilla de la rubia haciendo que esta cerrará sus ojos disfrutando de las caricias.

La muchacha asintió y Hajime no pudo evitar besar tiernamente la frente de esta. Saori estiró sus brazos para rodear el cuerpo del pelinegro y así abrazarlo fuertemente apegando el cuerpo de ella al de él.

—Gracias por estar conmigo... Sin ti no se que estaría haciendo ahora, Aiko es alguien muy importante para mí y si no llega a despertar me iré a la mierda... —Comenzó a llorar haciendo que el joven acariciara la espalda de esta. —Pero te tengo a ti...

—No dejaré que te vayas a la mierda, Saori. —Contestó Hajime haciendo que Saori levantará la cabeza para mirarlo. —Y siempre estaré para ti... Me encanta verte feliz y haré todo lo posible para que jamás dejes de serlo...

—Eres un ángel caído del cielo. —Sonrió la rubia mientras secaba con su mano derecha las lágrimas que caían por sus mejillas. —No se si fue acto del destino o lo que sea, pero agradezco que te hayan puesto en mi camino.

Hajime sonrió mientras acercaba su rostro al de la rubia.

—Tu eres el ángel acá... —Susurro en los labios de esta. —Mi ángel... —Habló antes de besar suavemente los labios de Saori.

Saori cerró sus ojos mientras disfrutaba del tierno besó, pero este besó era muy distinto ya que Hajime a través de este transmitía todo el amor que estaba sintiendo por ella. El joven no sabía que le ocurría últimamente ya que comenzaba a sentir cosas más intensas por Saori. Sus manos ya no sudaban como antes y constantemente sentía mucha paz al estar junto a Saori, se sentía muy cómodo con ella y hasta comenzaba a hacer planes a futuro con la rubia. Poco a poco estaba comenzando a enamorarse sin siquiera darse cuenta.