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—¡Ni siquiera preguntaste! Es el colmo Saori, no sé qué te ha ocurrido últimamente para que te comportes de esa manera tan rebelde

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—¡Ni siquiera preguntaste! Es el colmo Saori, no sé qué te ha ocurrido últimamente para que te comportes de esa manera tan rebelde. —Saori observaba como su padre se paseaba de un lado a otro mientras hablaba disgustado.

Apenas había puesto un pie adentro de la casa este la vio colocando una cara de espanto al ver aquel cabello rubio, ahora azul. Su madre al verla tan solo abrió sus ojos sorprendida, pero él más afectado por esto era el padre. La muchacha no pudo evitar sonreír al ver la expresión del hombre al verla y se maldijo mentalmente por no tener alguna cámara en mano para fotografiar aquel momento.

Mary estaba sentada en el sofá escuchando como su marido retaba a Saori, quién tan solo tenía un rostro neutro mientras lo escuchaba.

—¿Me estas escuchando, Saori? —Preguntó el padre comenzando a perder la paciencia por la actitud de su hija mayor.

—Te estoy escuchando papá... No sé qué tanto alegas si ya lo hice, no hay vuelta atrás. —Contestó. —Además, es mi cabello, no el tuyo.

—¡Pero estas viviendo bajo mi techo, maldita sea! ¡Es que ni siquiera preguntaste!

—¡Por qué sabía que ibas a decir que no! ¡Es mi jodido pelo y yo hago lo que quiero con él, si quiero me rapo todo y quedo calva! —Respondió la joven comenzando a alterarse.

—¡Cuidadito con tus palabras jovencita!

—¡Basta los dos! —Les interrumpió Mary harta de escuchar gritos en su casa. —Saori. Para la próxima que te quieras hacer algo, al menos pregunta que no te mandas sola, ¿Si?—Se levantó caminando hacia la salida.

—¿A dónde vas? —Preguntó el hombre confundido.

—Iré al centro comercial con Akemi, estoy aburrida de escuchar sus gritos y peleas. —Contestó la mujer. —¡Akemi, vamos a comprar zapatos!

—¡Si, zapatos! —La niña bajó las escaleras feliz ajena a la discusión de su padre y hermana mayor.

—Nos vemos más tarde. —Informó la mujer mientras le colocaba los zapatos a su hija pequeña para salir de casa.

Ambas salieron dejando un silencio incómodo entre Saori y su padre quién la observaba con rostro serio por haber teñido su cabello.

—Ire a bañarme. —Informó este rompiendo el silencio.

Saori no dijo nada y tan sólo espero a que su padre se fuera para subir a su habitación. Al entrar vio aquella cadena de oro sobre su mesita de noche y no pudo evitar acercarse y tomarla con su mano derecha para observarla más detalladamente. Le pareció que era muy bonita y decidió colocársela. Sonrió al ver que se lucían las letras que eran las iniciales de Hajime.

Suspiró con tristeza al darse cuenta de que hace una semana que no sabía exactamente nada de su novio, haciendo que recordará los primeros días en que conoció a Hajime donde normalmente el joven desaparecía de vez en cuando. Como cuando esa vez que desapareció por dos semanas sin avisar nada, jamás le contó el por qué de su ida en aquella cita.

𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora