𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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"Comenzar de cero"

—¿Por qué me preguntaste si conocía a ese grupo de mujeres estafadoras? —Preguntó el rubio mientras golpeaba la vola blanca con el palo de billar. Saori lo observaba desde el sofá, había perdido cinco veces y se había aburrido de jugar ya que Rindo siempre ganaba. —¿Acaso piensas unirte a ellas?

—Qué te importa. —Respondió la rubia.

—Ah... Veo que sí. —El joven río. Colocó a un lado el palo de billar y camino hacía Saori, quién lo miraba con odio. —¿No me digas que estas enojada por que te gane cinco veces? —Preguntó burlesco.

—Cállate... —La rubia se levantó del sofá para alejarse del joven, pero Rindo tomó el brazo de esta tirando de la muchacha hacía él logrando que esta chocará con su pecho. —Aléjate... —Suspiró.

—¿Ahora me rechazas? —Preguntó burlesco el rubio. Sin esperar respuesta acercó su boca al oído de la rubia para susurrarle:—Eso debiste haberlo hecho antes de que te besara... —Saori sintió un pequeño escalofrío al escuchar la voz del rubio tan cerca.

Sé alejó de este pata mirarlo a la cara, el rubio tenía su expresión neutra de siempre y la miraba atento a cada movimiento que está hacía.

—Rindo no estoy de humor para esto. —Contestó la joven. —Esos besos fueron un error.

—Ajá... Claro, ¿Ahora me dirás que los olvide, que haga como si jamás pasó eso?

—Rindo...

—No Saori... No sé a qué estas jugando realmente. Lloras por Koko, pero aún así estas acá conmigo y me coqueteas sin vergüenza.

La rubia abrió sus ojos con sorpresa al escuchar aquello. —¡Yo no te coqueteo! ¡Si tu confundes el coqueteo con la simpatía es tu problema, no el mío! —Contestó indignada.

—Claro y me besaste por que te caigo bien, seguramente también besabas a Koko por que te caía bien.

—Eres un gran imbécil cuando te lo propones Rindo Haitani... —Comentó la rubia mientras le daba un leve empujón al joven para salir del lugar, no tenía ánimos para discutir con Rindo.

Pero no pudo dar ni siquiera un pasó ya que como siempre el rubio tomó su brazo y tironeo de este colocándola en la muralla aprisionándola con su cuerpo.

—¿Soy un imbécil por decir la verdad? —Preguntó seriamente este mientras colocaba ambas manos a cada lado de la joven para que así no escapara.

—Rindo déjame... —Contestó la rubia. —Siempre haces esta mierda. Ya estoy aburrida, ¿Por qué no te buscas una novia y me dejas de joder a mí?

El joven al escuchar aquello se alejó con una expresión de asombro mientras miraba a la rubia quién lo miraba enfadada.

—Dices que soy un imbécil cuando me lo propongo y tú... —El joven calló omitiendo lo que iba a decir.