𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

32

Hajime se removió algo incómodo en su asiento mientras sentía la mirada del hombre puesta en él a través del espejo retrovisor. Hace un par de minutos que habían llegado a la casa y estaban aún en el auto a pesar de ya estar estacionado este. Saori miraba con odio a su padre mientras este intentaba buscar las palabras para no sonar tan brusco.

La rubia tomó la mano de Hajime y la apretó para que este la mirara, le sonrió de forma reconfortante haciendo que este también sonriera de vuelta.

—Saori. —Habló rompiendo el silencio el hombre fríamente. —¿Me vas a explicar que significa esto?

—Ya te dije, es mi novio. —Contestó esta.

—¡No! —El hombre se giro para mirar al pelinegro que lo observaba sin decir nada. —Esto lo haces por que te encanta hacerme pasar rabia… Esto es llegar al extremo con tus caprichos.

—Estas completamente equivocado si crees que Hajime es un maldito capricho. —Contestó esta.

—Cuidado con tus palabras Saori, soy tu padre y me tienes de respetar.

—¡Pues hazte respetar entonces! Un hombre que ofrece dinero a un adolescente para que se aleje de su hija no es digno de respetar… —Escupió la rubia con desilusión. —No creí que llegaras tan lejos papá, —Negó con su cabeza. —Me decepcionas, ¿Mamá lo sabe? —El hombre se quedó callado al momento de escuchar aquello y no pudo evitar mirar al joven. —Hajime no me contó, yo lo descubrí por mí misma… Eres despreciable. —Suspiro mientras abría la puerta del auto.

El joven bajó siguiendo a la rubia quién entró a su casa rápidamente.

—¡Saori! Te prohibido que metas a ese delincuente en la casa. —Habló el hombre haciendo que esta frenará.

—Siento desilusionarte,pero ya ha estado acá. —Contestó girándose. —Por qué mamá es una persona que no juzga por la apariencia o por que eres pandillero, no como tú… ¡Por dios! Saliste de un barrio más pobre del que vive Hajime y mírate, ¿Dónde esta tu jodida humildad?

El hombre se acercó a su hija rápidamente con intenciones de golpearla, algo que jamás había echo. Levantó su mano para golpear la mejilla de esta, Saori al ver sus intenciones cerró sus ojos esperando el impacto que no llegó por que Hajime detuvo la palma del hombre.

—A una mujer no se le levanta la mano. —Informó seriamente. —Ni menos si es sangre de su sangre.

Saori abrió su boca sorprendida por aquel acto de su novio y el hombre se apartó enfadado.

—A mí casa no entras o soy capaz de llamar a mis compañeros para que te lleven a una maldita correccional, eres un pandillero muy buscado Hajime… Se bastantes cosas de ti, no te conviene tenerme de enemigo. —Comentó el hombre con veneno en cada palabra haciendo que Hajime tragara saliva.

—¡Papá! —Saori se coloco en frente del pelinegro para enfrentar a su padre. —Tu le haces algo a Hajime y te juro que las vas a pagar…

—¿Desafías a tu padre por un joven que dudo al momento en que le ofrecí dinero para que te dejara? —El hombre negó con la cabeza. —No pongas las manos al fuego por alguien, por que te puedes quemar. Y a mi casa no entra.