𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

EPÍLOGO

Querida Hanako.

No sé cómo despedirme de ustedes después de esto, cuando sepan entenderán a que me refiero. Me gustó haber pasado tiempo contigo y que hayas salido adelante a pesar de todo lo malo que te ha ocurrido. Por favor no te alejes de Luna, pero necesitas salir de este mundo de mierda, por qué de acá no eres y busca la felicidad que tanto haz deseado en mucho tiempo y sí, me refiero a él. Hanako, se feliz, te lo mereces después de todo.

Me habría gustado haber podido conocerte más, pero estaba tan metida en mi mundo que perdí el tiempo ahí por qué realmente eres una persona hermosa e interesante. Un gusto haber coincidido contigo en la vida y espero que si existen más vidas, poder volver a  encontrarme contigo. Adiós Hanako, siempre te recordaré como la luchadora que eres.

La pelinegra dejó la carta sobre la mesa y secó sus lágrimas con cuidado de no pasar a llevar su maquillaje. Era la quinta vez que leía aquella carta y aún así las lágrimas salían de sus ojos al leerla. Se miró al espejo por última vez para comprobar que su maquillaje no se haya arruinado.

—¿A dónde vas? —Vio a Hanma entrar a la sala con ropa casual y una lata de cerveza en su mano.

—A buscar mi felicidad... —Contestó está sonriente.

El pelinegro arrugó su frente sin entender lo que la pelinegra le decía. Se encogió de hombros y se acostó en el sofá colocando sus pies sobre la mesa de vidrio.

—¡Hey! ¡Baja los pies! —Exclamó Luna la cuál estaba en una silla de ruedas por su herida en la pierna. Debía de estar en esta por un corto período de tiempo hasta que se le sanará.

Hanma de mala gana bajó sus pies y bebió de su cerveza, Luna se giro para mirar a Hanako y esta le sonrió.

—Voy a salir. —Avisó. —No me esperen para el almuerzo... —Caminó hacía la salida y después de hacerles el gesto de paz salió del departamento de Luna.

—¿Qué hago de almuerzo, Luna? —Preguntó el pelinegro de forma perezosa.

—Pidamos KFC... —Respondió la castaña. —Voy por mi tarjeta.

—Bien, yo pido la comida. —El pelinegro tomó su celular abrió la aplicación Uber Eats.

Sé había quedado a vivir con Luna para ayudarla, después de todo, Saori en aquella carta le pedía el favor de cuidar a su hermana. Hanma no tenía una razón para dejar ese mundo como Hanako, por lo que aceptó quedarse con la castaña aunque está lo trataba peor que a un perro. Sin embargo, aquellos días Luna se comportaba más dócil con este y eso le gustaba.