𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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Reencuentro parte II

Meses antes.

El peliblanco estaba congelado mientras escuchaba aquella conversación de ambos hombres que estaban a su lado en el bar. Aquellos conversaban sobre una mujer rubia muy guapa la cuál había drogado a uno de ellos para robarle dinero, Hajime no habría prestado atención a la conversación de no ser por que escuchó como uno de ellos describía a la mujer para advertirle al otro.

Supo que era ella al escuchar con detalle cada cosa que aquella mujer tenía y confirmó que era ella cuando él hombre nombró aquel lunar en el labio superior que está tenía. Apretó el vaso que tenía en su mano diestra con fuerza logrando que sus nudillos se volvieran blancos.

Su corazón latía rápidamente al escuchar en lo que ella se había convertido y se preguntó cuál habría sido la razón de por qué ella eligió vivir así siendo que su sueño era ser una mujer economista y ganar dinero, mucho dinero.

¿Saori que hiciste con tu vida? Se preguntó.

De un solo sorbo se tomo todo el contenido del vaso mientras pensaba en qué debía de encontrar a SU chica, ella siempre había sido de él a pesar de los años sin verse. Por lo que comenzó a investigar sobre aquella mujer rubia la cuál engañaba a los hombres con dinero encontrándose con que Saori era parte de una organización criminal de mujeres que se dedicaba a engañar hombres para robarles su dinero, eran prestamistas y además lucraban demás con la prostitución.

—¿Qué piensas hacer? —Preguntó Sayumi una tarde en qué el peliblanco fue a verla a su gran departamento en donde vivía con su esposo.

—La buscaré y me iré de esta mierda... —Contestó Hajime mientras tomaba del café que le había dejado la pelirroja para que tomará.

Sayumi suspiró mientras tapaba sus ojos con ambas manos.

—¡Yo le dije que no se metiera en esas cosas! Pero no me hizo caso... Jamás tomó en cuenta mis malditos consejos... —Lamio sus labios. —Ni los de Aiko.

—Sabes que Saori es impulsiva, Sayumi. —Respondió el peliblanco.

—¿Y como piensas hacer para que Saori se vaya contigo? —Preguntó Kakucho mientras se acercaba a ellos y tomaba asiento al lado de su esposa.

—Tengo un plan... Saori es codiciosa y no se negará a eso. Me la llevaré lejos... —Suspiró. —La encontré, por fin la encontré y no la pienso soltar.

—¿Y Bonten? —Preguntó el pelinegro.

—Ese es el problema... Bonten.