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A la mañana siguiente, Saori se levantó por unas urgentes ganas de ir a orinar por lo que rápidamente caminó hacia el baño más cercano y se encerró en este para poder orinar por fin

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A la mañana siguiente, Saori se levantó por unas urgentes ganas de ir a orinar por lo que rápidamente caminó hacia el baño más cercano y se encerró en este para poder orinar por fin. Cuando ya vació toda su vejiga y sintiéndose mejor, lavó sus manos y salió de él baño encontrándose con Inupi y notando que este tenía unas enormes ojeras.

—Buenos días Inupi. —Saludó con una sonrisa. —¿Por qué tienes esas ojeras? —Preguntó curiosa.

El rubio suspiró.

—Es Sayumi. Anoche me levante al baño y pasé por fuera de su habitación, escuché llantos y no pude evitar preguntar si podía pasar. Me abrió la puerta y me abrazó... Lloro toda la maldita noche, tuve que acostarme con ella para esperar a que se durmiera y así irme a dormir a mi habitación. Pero me termine quedando dormido ahí con ella... —Contó. —Lloró toda la noche diciendo que extrañaba mucho a Aiko y echándose la culpa por su muerte.

—Mierda...

—Saori, Sayumi no está bien... Debemos apoyarla y estar con ella para que no cometa alguna locura.

—Lo sé...

—Su mamá no se como puede andar de viaje sabiendo que su hija está así...

—Es por que la mamá no quiere a Sayumi. —Contestó Saori haciendo que el joven se callara. —Le da exactamente lo mismo cualquier cosa que le ocurra a Sayumi.

Inupi no supo que responder a aquello y tan sólo se quedó en silencio. Saori se hizo a un lado para que este pasara al baño, el muchacho le sonrió y pasó por su lado. La rubia caminó hacia la habitación de su amiga, la puerta estaba entreabierta y entró a esta encontrándose con la pelirroja durmiendo plácidamente.

En la muralla vio una fotografía pegada de ella y Aiko, eran varias fotografías pequeñas en donde ambas salían. Sonrió con pena al ver a su mejor amiga sonriendo y mirando a Sayumi.

—¿Saori? —La rubia se giro encontrándose a la pelirroja recién despertando. Notó que sus ojos estaban algo hinchados. —¿Qué haces acá?

—Vine para saber como estás... Inupi me contó que durmieron juntos.

—No es lo que piensas. —Contestó rápidamente la joven haciendo reír a la rubia.

—Lo sé, sé que ustedes son amigos. —Aclaró. —Pero Inupi me contó que lloraste toda la noche por Aiko.

Sayumi suspiró mientras asentia con su cabeza, sintió como las lágrimas volvían a aparecer en sus ojos y Saori no pudo evitar acercarse a la pelirroja para abrazarla haciendo que esta rompiera en llanto.

—La extraño mucho... —Habló la joven entre llantos.

—Yo también, pero tendremos que aprender a vivir con eso... —Contestó Saori mientras acariciaba la espalda de su amiga.

𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora