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Esa noche Saori se observó en el espejo y por primera vez odio su reflejo, odio lo que veían sus ojos y es que su parecido con la bella joven era notable y aquella inseguridad comenzaba a crecer nuevamente

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Esa noche Saori se observó en el espejo y por primera vez odio su reflejo, odio lo que veían sus ojos y es que su parecido con la bella joven era notable y aquella inseguridad comenzaba a crecer nuevamente. Quiso llorar y mandar todo al carajo, pero se contuvo y tan solo se acostó en su cama mientras abrazaba a su almohada.

La noche estaba muy tranquila, sus padres se habían acostado hace un par de horas dejando toda la casa en total oscuridad, la única luz que había era la pequeña lámpara que alumbraba la habitación de la rubia. Saori estiró su mano y apago la lámpara quedando totalmente a oscuras y simplemente no pudo aguantar más las lágrimas. Siempre en su interior supo que el acercamiento de Hajime había sido por algún motivo, pero intentaba convencerse de que no era así. Ahí estaba aquella sensación extraña, ese mal presentimiento siempre estuvo y ahora sabía por qué.

Hasta la abuela del joven la había confundido con esta, al escuchar aquel nombre sintió ese dolor en el pecho y las ganas de llorar, pero no era el momento y tan solo se aguantó. Abrazó a su almohada con fuerza mientras lloraba, jamás había llorado por un hombre y tampoco se imaginaba estando así, pero acá estaba llorando por Hajime. Llorando por que en el fondo de su corazón sabía que este se le había acercado por su parecido con Akane.

¿Le gustare realmente? Se preguntó.

Negó con su cabeza quitando aquellos pensamientos malos que le hacían sentirse aún más mal. Cerro sus ojos y aún con lágrimas frescas en sus mejillas, se durmió.

A las horas después despertó con un pésimo ánimo y odiando a todo el mundo, por lo que se baño de mala gana y se vistió de la misma forma. Bajo las escaleras encontrándose con su padre que tomaba desayuno y sin decir nada se sentó a su lado para comer algo, su padre la observó pero no dijo nada y así estuvieron callados todo el caminó también hacía la escuela de Saori.

—Adiós papá. —Se despidió la rubia y bajó del auto sin esperar respuesta del hombre.

Hoy estaba de pésimo humor y golpearía a quién se le atravesará en el camino solamente por que sí. Agregándole a esto que aquella mañana había visto una mancha roja en su ropa interior avisando que la menstruación había llegado poniendo aún peor el humor de la adolescente. Al entrar a la escuela se dirigió al baño de mujeres para lavarse un poco el rostro y beber agua para despejarse o terminaría golpeando hasta al profesor.

Al llegar se dirigió rápidamente al lavado donde mojo su rostro y nuevamente observó su rostro en el espejo.

—Ahora no eres tan valiente ya que no está Aiko contigo... —Escuchó a lo lejos.

Levantó su cabeza al escuchar el nombre de su mejor amiga y noto que aquella voz provenía del camerino. No lo pensó más y caminó hacia este encontrándose con la misma muchacha que molestaba a Sayumi y que Aiko había golpeado, intimidando a la pelirroja mientras que esta estaba prácticamente arrinconada por la castaña con sus ojos llorosos.

𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora