𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

39

Advertencia: Este capítulo tiene escenas para mayores de 18 años... Sin nada más que decir disfruten<3

—¿A dónde van los sueños de las personas que mueren a temprana edad? —Preguntó Sayumi mientras observaba la tumba de Aiko.

Saori giró su rostro para mirar a la pelirroja y no pudo evitar estirar su brazo para abrazar a su amiga. Negó con su cabeza sin saber que responder.

—No lo sé... —Contestó. —Tal vez los sueños mueran con ellos, quién sabe.

—Aiko quería ser profesora de matemáticas y enseñarle a niños de bajos recursos... —Sayumi secó un par de lágrimas que cayeron por sus mejillas rápidamente. —¿Sabes? Aiko siempre fue mi crush y me gustaba mirarla de lejos, en verdad era muy guapa.

Saori sonrió.

—Aiko era crush de muchas personas, sólo que su personalidad les hacía alejarse. —Suspiró. —No sabía decir las cosas y su sinceridad era demasiado, muchas veces le dije que fuera más blanda al momento de decir las cosas por que sonaban muy mal cuando las decía.

—Era mi complemento perfecto... Ella tenía lo que a mi me faltaba y viceversa. —Contestó la pelirroja mientras se agachaba para dejar un pequeño ramo de rosas sobre la tumba. —Descansa hermosa y donde sea que estés, espero que me esperes... Para que nos volvamos a encontrar.

Saori acarició la espalda de Sayumi cuando comenzó a escuchar los sollozos de esta. Había pasado una semana de la muerte de Aiko y como la madre de Sayumi se había ido de luna de miel, Saori se estaba quedando a dormir en la casa de esta para acompañarla.

La rubia se agachó para estar a la altura de Sayumi y la abrazó haciendo que la pelirroja rompiera en llanto cuando sintió los brazos de Saori.

—¡La extraño mucho! ¡Maldita sea! —Exclamó entre llantos Sayumi.

—Yo también la extraño... No sabes cuanto. —Lloró la rubia al igual que su amiga.

El velorio de Aiko había sido muy triste para Saori, lo bueno es que Hajime estuvo en todo momento junto a esta, abrazándola cuando la rubia lo necesitaba y escuchándola siempre, algo que Saori le agradecía mucho. Sayumi no fue al velorio ni al entierro del cuerpo de Aiko y es que odiaba todo eso, se mantuvo encerrada en su habitación por tres días sin salir de esta. Los empleados no sabían que hacer para que la pelirroja les abriera la puerta, por lo que llamaron a Saori y está pudo lograr que Sayumi saliera de su habitación.

Aquella era la primera vez que Sayumi iba a ver a Aiko, por lo que se comprometió en comprarle el mejor ramo que vería y así fue. Saori se aferró un poco más a Sayumi para llorar también y es que cada día extrañaba más a Aiko, todos los días pensaba en que ya no vería a su mejor amiga ni pelearía con ella. Algo que se le hacía imposible reconocer y es que la muerte de la pelinegra aún no la podía creer.