𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

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Advertencia: Este capítulo tiene un poco de contenido para mayores de 18 años, no es mucho pero de igual forma advertire. No es lemon, no se me emocionen USBDJDBSJSJQ

El día de la boda de la madre de Sayumi había llegado y con eso el estrés de que todo estuviera perfectamente para que nada saliera mal. Sayumi estaba tan aburrida de su madre y de lo histérica que estaba últimamente por lo que pasaba más en casa de Saori para no tener que aguantar a su mamá.

Les había invitado a Inupi y a Hajime personalmente a la boda de su madre y ellos habían aceptado felizmente la invitación, Saori por su parte estaba muy nerviosa de usar su vestido y que Hajime la viera con este puesto. No obstante, sus ahorros se iban acabando cada vez más y es que su padre había cumplido con su palabra y no le daba nada de dinero, tampoco dejaba la tarjeta de crédito en cualquier parte como hacía antes por lo que Saori no podía tomarla y eso la estaba desesperando un poco.

Habían pasado tres semanas de su ida a la casa de los Haitani y de aquella conversación con Rindo, aquel día antes de irse no pudo evitar pedirle su número al rubio y este con algo de sorpresa se lo dio. No le había hablado, ya que no sabía por qué le había pedido su número y no quería admitirlo, pero le daba algo de vergüenza hablarle al rubio.

Como día de la boda todos estaban algo alterados y Sayumi no era la excepción. Mientras esperaban a que el rubio y el pelinegro salieran de su escuela, Saori y Aiko, veían como Sayumi se paseaba de un lado para otro mientras hablaba prácticamente sola. La pelinegra rodó sus ojos algo aburrida.

—Un paseo más y le tiro mi mochila. —Comentó aburrida. Saori rio ante esto.

Sayumi freno en el momento en que escucharon el timbre anunciando el término de las clases y una sonrisa agradecida se formó en su rostro.

—¡Ay! Que bueno que ya saldrán... Se nos esta haciendo tarde. —Habló para si misma.

—¿Con quién hablas? —Preguntó Aiko mientras se acercaba a la pelirroja.

Sayumi se giro a mirarla.

—Con ustedes... —Contestó con voz obvia.

—Por si no sabias, nosotras no tenemos oídos de perros y con suerte escuchábamos tus murmullos de vieja histérica. —Aiko suspiró. —Cálmate, todo saldrá bien.

—Es que... Tengo miedo de que no alcance a arreglarme. —Habló la pelirroja con angustia.

—Da lo mismo si te alcanzas a arreglar o no, te verás hermosa igual. —Sonrió la pelinegra mientras acariciaba la mejilla de Sayumi con ternura.

Saori observaba todo sin saber que hacer o decir y es que por un momento se sintió como si sobraba, pero toda su incomodidad se fue al momento en que vio a su novio caminar hacia ella, pero tenía algo distinto y es que llevaba anteojos puestos, unos anteojos que la rubia no pudo evitar pensar en lo sexi que le hacían lucir.