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La rubia abrió sus ojos encontrándose cara a cara con el pelinegro que dormía

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La rubia abrió sus ojos encontrándose cara a cara con el pelinegro que dormía. Su respiración estaba muy tranquila y su rostro mostraba una gran paz, Saori no pudo evitar sonreír al ver una línea de saliva salir de los labios de este. Se giro para tomar su celular y ver la hora, casi se atraganta con su saliva al ver que ya se acercaba el momento para ir a su escuela por lo que debía de bañarse rápidamente. Se levantó y corrió al baño junto con su uniforme para colocárselo allá, ya que el pelinegro dormía plácidamente en la cama pero ya debería de despertar o ella misma lo despertaría tirándole una almohada en la cara.

Se baño rápidamente y de pasó depilo sus piernas, ya que según ella comenzaban a verse los bellos. Salió de la ducha y se secó rápido para vestirse y salir del baño encontrándose aún con Hajime durmiendo. Suspiró y se acercó a este, tomó la almohada para despertarlo, pero le dio tanta ternura ver el rostro de este que no pudo evitar acercarse al pelinegro y despertarlo dando muchos besos por el rostro de este.

—Oye... Guapo, despierta. —Habló tiernamente entre besos.

—Hmm...

—Vamos, tienes que ir a la escuela también. —Acarició su cabello con ternura y beso la punta de la nariz de este.

Hajime abrió sus ojos encontrándose con la rubia quién le sonrió al verlo, no pudo evitar estirar ambos brazos para abrazarla y tironear de esta hacia él. Saori quedó sobre el pelinegro que la cubría con la manta y se acurrucaba a ella. Estaba algo incomoda por lo abrió sus piernas quedando en la misma posición de la noche anterior. Suspiró algo tensa.

—Tenemos que ir a la escuela y en cualquier momento va a llegar mi mamá, tienes que irte. —Susurró.

—Me quiero quedar acá contigo. —Contestó el pelinegro.

— Yo también... Pero el deber llama. —Sonrió mientras miraba a los ojos a Hajime. Este se sentó en la cama para quedar a la altura de la rubia y besó su mejilla con ternura. —El beso es en la boca...

—Me apesta la boca. —Río este.

—¿Y que tiene? Ven acá... —Saori tomó el rostro del pelinegro y lo acercó hacía el suyo para besar los labios de este tiernamente.

Hajime siguió el besó mientras pasaba sus manos por la cintura de la rubia. Poco le importo a la rubia que el pelinegro estuviera recién despertado, solo quería tener los labios de este sobre los suyos, prácticamente se estaba volviendo adicta a los besos del joven y es que amaba la sensación que aquello le hacía sentir. No eran mariposas lo que sentía en el estómago, era un zoológico entero y le gustaba mucho esa sensación.

El joven se separó un poco para poder respirar algo que duro un par de segundos ya que Saori volvió a acercar sus labios a los de él para besarlo. Está vez, como siempre fue un beso intenso y aquel calor regresó a su cuerpo, no sabía por qué le gustaba tanto sentir aquello. Hajime se separó un poco mientras respiraba con dificultad.

𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora