𝗦𝗵𝗲 ; 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘒𝘰𝘬𝘰𝘯𝘰𝘪

38

Luego de estar un par de minutos más junto con Aiko, Saori decidió salir para que fuera el turno de Takashi, quién esperaba hace rato. Salió de la habitación y Hajime rápidamente caminó hacia esta para abrazarla.

—¿Como sigue? —Preguntó el pelinegro.

—Igual... —Contestó la rubia. —Sigue estando igual. —Se separó un poco del joven y se colocó en puntas para besar los labios del joven quién respondió al beso.

Se separaron para poder respirar y Hajime no pudo evitar besar la frente de la rubia, esta sonrió al sentir los labios de su novio ahí. Se separó completamente de este para mirar a Takashi quién hablaba con su hermana más pequeña mientras que la mayor jugaba con Akemi alegremente.

—Takashi... —Habló Saori. El joven giró su rostro hacia la muchacha cuando la escuchó hablar. —Es tu turno. —Sonrió.

—Bien... Eh... —Suspiró.

—No te preocupes, yo estaré al pendiente de tus hermanas. —Comentó la rubia. —Ve tranquilo.

—Gracias... —Sonrió este de vuelta. —Ah y Sayumi esta comprandose un café, me dijo que no tardaba. —Avisó.

Pasó rápidamente por al lado de la pareja y entró a la habitación. Saori caminó hacia dónde estaba la pequeña niña jugando con una muñeca y se sentó a su lado, Hajime imitó su acto sentándose al otro lado de la rubia.

Saori giró su rostro para mirar al joven y este le sonrió, apoyo su cabeza sobre el hombro de la rubia haciendo que esta colocara su cabeza sobre la de él.

—Los hospitales son tristes. —Comentó el pelinegro.

—Más si estas en una zona como esta... Al menos en la zona de maternidad hay más alegría —La rubia suspiró. —, es increíble lo rápido que puede cambiar tu vida de un momento a otro.

—Es verdad, por eso tenemos que vivir los días como si fueran los últimos de nuestra vida.

Saori sonrió al escuchar aquello.

—¿Qué habría sido de mi sin ti? —Preguntó haciendo que Hajime levantará su cabeza para mirarla a los ojos. —Gracias por aparecer en mi vida, creo que no me cansaré de decirte eso...

—Eres tú la que se cruzó en mi camino, tú te acercaste a hablarme... —Sonrió. —Aún recuerdo el rostro de Aiko cuando vio que me acerque a ti.

Saori no pudo evitar soltar una carcajada al recordar aquello.

—¡Estaba furiosa! —Río. —No quería que tuviera contacto contigo y cada cinco minutos me recalcaba que no debía de acercarme a ti. —Negó con su cabeza.

—El otro día tuve una conversación con ella, dijo que despertó con frío por que tu te habías llevado las mantas y estaba destapada por tu culpa. Ese día me dijo que si te rompía el corazón me las vería con ella.