Capítulo 41

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Moonbin estaba sentado al borde de su cama, sin hacer completamente nada. Su mirada estaba perdida, y su respiración era tan lenta que apenas y se podía percibir. 

El sol de medio día azotaba con una fuerte oleada de calor todas las calles de la ciudad. El ambiente dentro del cuarto de Moonbin era caluroso, a pesar de mantener sus ventanas abiertas.

Parecía estar tranquilo. A pesar de que no se moviera para nada parecía estar tranquilo por fuera. Pero la verdad era que su mente era todo un caos.

Lo único que tenía dentro de esta era la imagen de Dongmin cuando lo encontró en el hospital. Había pasado ya más de siete semanas, pero aquella imagen permanecía dentro de su cabeza y volvía a él una y otra vez cada que se encontraba tranquilo.

—Dongmin sufrió demasiado... y yo estoy sano. —susurró, fuera de sí y levantándose en silencio para dirigirse al baño—. ¿Por qué estoy sano? Él estuvo al borde de la muerte.

Sus padres no estaban en casa. Habían ido a trabajar desde temprano porque al parecer necesitaban un aumento de suelto. A Moonbin no le interesaba.

Se posó frente al espejo, viéndose a sí mismo con una expresión de completo asco y decepción hacia su persona.

—Eres asqueroso. —se dijo a sí mismo—. Eres asqueroso Moonbin.

Comenzó a palpar sus mejillas suavemente, como si estuviera comprobando la suavidad de estas. Tenía una piel suave y bonita. Procedió a quitarse la playera, quedando con el torso desnudo frente al espejo. Sus abdominales estaban levemente marcados, producto del ejercicio que hacía a diario. Sus bíceps eran anchos y fuertes, cosa que le permitió cargar a Dongmin en varias ocasiones, acomodándolo en la cama.

Pero a pesar de tener tan buen cuerpo, le daba asco.

—No mereces tener esto... Moonbin. —susurró.

Para luego golpear su propio abdomen con fuerza.

—¡Tú no mereces estar sano! —volvió a golpearse el abdomen con ambos puños—. ¡Dongmin esta sufriendo y tú aquí gozando de salud! ¡Eso no es justo! —con gran desespero y su frente sudorosa, tomó la afeitadora dentro de la repisa. Sacó las cuchillas de esta, sin importarle cortarse las yemas de sus dedos—. ¡Si él no está bien tú tampoco puedes estarlo!

Dicho eso, procedió a comenzar a cortarse sus brazos, gimiendo de dolor. Sus ojos se comenzaron a cristalizar. No esperaba que doliera tanto. Pero aquello no le importaba. El dolor era lo de menos en estos momentos. Lo único que quería era sufrir. Sufrir el mismo dolor por el que pasó su Dongmin.

Trató de evitar las muñecas, cortándose los antebrazos, codos, hombros y parte de su espalda. No lastimó su cuello ni su rostro, pues no quería que Dongmin se diera cuenta.

Dongmin sufrió en soledad, así que él también lo haría.

Gritaba de dolor, cortándose una y otra vez. La sangre comenzó a escurrir debido a la presión que hacía con sus músculos al tensarse. Poco a poco su cuerpo comenzó a bañarse de esta misma. Moonbin no quitó su vista del espejo ni un segundo. Tenía que sufrir. Tenía que verse sufrir para estar calmado.

Par de minutos pasaron. Moonbin, cansado y algo mareado, tiró la cuchilla al tacho de basura. Sonrió de satisfacción al verse a sí mismo en el espejo. Su torso y brazo llenos de cortadas.

Eso lo hizo sentirse en paz.

Tambaleó hacia atrás, chocando su espalda contra la fría pared. No reaccionó. Procedió a quitarse los pantalones, y meterse directo a la ducha.

El agua fría recorrió su cuerpo, haciendo que el ardor que Moonbin sentía fuera cada vez menor. Terminó de bañarse, salió desnudo por el pasadizo, estaba solo después de todo y no había nadie en casa así que no había el riesgo de que lo vieran. Optó por vestirse con unos pantalones holgados, unos tenis blancos, y una sudadera color negra.

Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora