Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]

Capítulo 48

●❯────────｢ Engaño ｣────────❮●

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—Jieun... ¿Cuándo piensas decirle a Wonho que no estás enamorada de él? —preguntó aquél joven, acariciando con delicadeza la mejilla de la contraria la cual mantenía una expresión de suma tristeza.

—Trataré de decírselo pronto. Créeme que tampoco quiero estar con él. Pero sabes de lo que es capaz. —respondió esta, derramando un par de lágrimas y siendo inmediatamente abrazada por el atractivo joven.

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿no? Si alguien te hace daño, yo le haré el doble.

La contraria asintió, sintiendo sus mejillas ser acunadas con suavidad, mirando a su amado que era un poco más alto que ella. Ambos enlazaron ojos y se sumergieron en su propio mundo en aquella calle vacía y oscura, en donde no se escuchaba más que el sonido de unos gatos y de los autos a la lejanía.

Sin aguantar más, ambos juntaron labios en un beso tierno el cual transmitía el amor que se tenían el uno por el otro, y que nadie iba a poder romper. Sus corazones si latían en sincronía, formando uno solo. No como Wonho, el cual solo latía por él mismo.

Una foto fue tomada desde lo lejos.

—Bueno. Tengo que irme, sabes que Wonho me invitó a una cena hoy. —susurró, alejándose con lentitud.

—Entiendo. Te estaré esperando cuando llegues. Ten cuidado. —respondió el muchacho, plantando otro suave beso en sus labios para luego retirarse, viendo de reojo como un joven vestido de negro se encontraba caminando cerca. Lo decidió ignorar y seguir con su camino, para meterse al auto que estaba bajando la calle.

Jieun comenzó a caminar sola, dirigiéndose hacia la avenida principal para tomar un taxi y llegar con Wonho. No quería llegar tarde, siempre tenía que ser puntual. Porque cuando hacía algo que a Wonho no le gustaba, su cuerpo era el que pagaba, y no de una forma muy agradable.

Caminó en silencio, sintiendo escalofríos en su nuca. Esto normalmente sucedía cuando alguien la estaba mirando, era como un sexto sentido que tenía desde pequeña. Giró su cabeza, fijándose en sus alrededores pero no notando a nadie.

Con algo de miedo y sosteniendo su bolso blanco con más fuerza, siguió su camino. El sonido de sus tacos era lo único que lograba escuchar en aquella calle tan silenciosa.

Parpadeó por un instante, pero cuando sus ojos se enfocaron de nuevo, casi se le sale el corazón del pecho al chocar con un joven frente a ella que antes no había visto en lo absoluto.

—Discúlpeme, no estaba mirando por donde caminaba. —mencionó este, mirándola a los ojos.

El chico poseía un suéter negro holgado. Una mascarilla y gorra del mismo color los cuales cubrían la mayor parte de su rostro, y solo dejaban a la vista aquellos ojos que le dieron miedo a la contraria.