Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]

Capítulo 27

●❯────｢ Muerto ｣────❮●

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TW: Blood

Silencio.

Silencio era lo único que se podía oír en aquél baño. Las luces estaban apagadas, pero era iluminado de igual manera por las pequeñas ventanas ubicadas en la parte superior de las paredes, alumbrando los lavamanos y pasando por encima de los cubículos.

Habían pasado segundos, minutos u horas quizá desde que que Myungjoon había jalado de Minhyuk fuera del baño con toda la fuerza que su débil y pequeño cuerpo le permitía. El más alto había tomado la muñeca de Myungjoon una vez fuera del baño, y había empezado a correr lejos del lugar, saliendo por la puerta trasera de la escuela y no siendo vistos por nadie para su fortuna.

Mientras que en las frías paredes de mármol verde agua que eran adornados con algunos diseños de blanco en su interior, estaban manchadas de sangre por doquier.

Una de las puertas de los cubículos aún seguía moviéndose. Abriéndose y cerrándose, una y otra vez porque la bisagra se había malogrado debido al fuerte golpe que Minhyuk le había lanzado a Dongmin ocasionando que este último se estrellara contra la madera.

El sonido de la madera rechinar sin detenerse hacía que el lugar no sonara tan solitario. Porque sino fuera por esta, el lugar estaría más silencioso que un mismo cementerio. Las voces de los alumnos estaban a cientos de metros. Ningún ave se podía oír a la lejanía, e incluso ni un solo vehículo encendía su rechinante motor para luego hacer temblar el suelo mientras las llantas se movían.

El pavoroso silencio era testigo de la respiración extremadamente pesada y lenta que se escuchaba entre las sombras.

La sangre roja, esparcida por todo el suelo estaba tan calmada  como para servir de espejo.

Y ahí yacía, el cuerpo de Dongmin, dependiendo de un hilo de vida al parecer, apoyado contra la pared mientras que aún algunas gotas de sangre se escurrían por su nariz, oídos e incluso ojos. Sus costillas estaban destrozadas, y su pulmón posiblemente perforado por las patadas que recibió.

Su cabeza tirada hacia adelante haciendo que su mentón chocase contra su propio pecho. Ambos brazos extendidos hacia los lados completamente inmóviles y sus piernas estiradas. Su ropa estaba rasgada y llena del líquido rojo que todo ser humano poseía. El eje de la vida, el motor del corazón.

Las gotas de agua aún resonaban desde el lavamanos. Producían un esclarecido eco por todo el baño, inundando absolutamente cada rincón y haciendo que el abrumador silencio desaparezca por breves instantes.

Los segundos fueron pasando lentamente. Uno por uno. El padre tiempo es el destructor de todo si nos ponemos a pensar. Podemos ser felices, podemos estar tristes o amargados. Dicen que el tiempo cura las heridas, dicen que el tiempo halla la felicidad. Pero nadie te dice que el tiempo te lo arrebata todo, como si de una marea en la orilla de la playa se tratase. Porque todo lo que te da, te lo quita.