Capítulo 55

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La habitación de Dongmin estaba completamente silenciosa. Él estaba ahí, de pie justo en medio de esta, mientras mantenía sus ojos abiertos pero a la vez sin mirar un punto en específico. La luz estaba apagada, las ventanas y cortinas estaban cerradas pero aún así algunos rayos de los faroles de la calle traspasaban su ventana y su balcón.

Estaba solo. Estaba solo en su habitación silenciosa y vacía. Su cama estaba desordenada, sus almohadas en el suelo, sus prendas de vestir regadas por toda la habitación y sus cuadernos se encontraban en una esquina completamente desordenados, abiertos y arrugados luego de haber sido aventados por uno de sus ataques de ansiedad.

Hoy Dongmin se encontraba solo, solo durante esta larga y eterna noche. Una noche más, solo era eso. Una noche más en donde no sentía los fuertes brazos de Moonbin abrazándolo, donde no sentía sus cálidos labios sobre los suyos o recorriendo su cuerpo, una noche más en donde no sentía las manos de este sobre su cuerpo el cual se encontraba necesitado de tacto.

Los gritos de sus padres discutiendo en la cocina resonaban en su cabeza como una voz en una habitación grande y vacía.

Su cuerpo comenzó a moverse por sí solo, dirigiéndose hacia una de las paredes más cercanas.

—Cállense, cállense, cállense. —susurraba de forma cada vez más desesperada—. Quiero que se callen.

Los gritos de sus padres habían estado con Dongmin durante muchos años. Cada vez las discusiones eran peores, al punto de llegar a los golpes en ciertas ocasiones en contra de su madre la cual pensó que su hijo nunca se daría cuenta. Para Dongmin, las voces de sus padres gritando y los golpes en las puertas eran como un trauma.

Dongmin desearía tener un botón en alguna parte de su cuerpo para que sus oídos dejaran de funcionar y así no poder escuchar nada. Cada vez que golpes en la puerta se oían o gritos, un escalofrío recorría su cuerpo haciéndolo temblar.

Si esto seguía así sentía que iba a enloquecer.

Pero no lo entendía. Simplemente no podía entenderlo. A Dongmin no le importaba la gente gritando en la calle, a él solo de daba igual si una pareja discutía en publico, si una familia lo hacía o un grupo de amigos. Le daba completamente igual. Pero entonces... ¿Por qué con sus padres era diferente?

—Quiero silencio por favor, quiero que se callen. —repitió desesperado alzando sus manos y llevándolas hacia sus oídos para taparlos con la intención de borrar las voces que lograba oír.

El escalofrío en su cuerpo se hacía cada vez más intenso y podía sentir como su corazón empezaba a latir con más fuerza haciendo que retumbe por toda su cabeza. Necesitaba silencio, necesitaba que se callasen, no podía soportarlo más, quería paz, quería tranquilidad, quería un lugar en donde no tenga que preocuparse de nada, un lugar para él solo.

Necesitaba estar con Moonbin.

Si tanto quieres que se callen... ¿Por qué no les coses las bocas? —Rudeus rio dentro de su cabeza—. Sería una opción muy sencilla ¿No crees? Mientras ellos duermen, puedes escabullirte por sus habitaciones y...

—¡Cállate! —Dongmin llegó a la pared que estaba al lado de su puerta.

Segundos después de aquello, la habitación volvió a sumirse en silencio. Para luego ser reemplazada por un ligero y débil golpe intermitente en la pared que era imperceptible para los padres discutiendo.

—Silencio. —susurró mientras golpeaba su cabeza contra la pared ahora ya con los brazos caídos.

El escalofrío había desaparecido al igual que la voz de Rudeus. Ahora era solo él, la habitación oscura y vacía, y los gritos de sus padres en la cocina.

Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora