Capítulo 58

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Sábado.

Dongmin estaba con un mohín en sus labios mientras veía la gente a su alrededor. Moonbin estaba caminando junto a él a su costado llevándolo de la mano. Aún no sabía a donde lo llevaba pero ya habían pasado más de 30 minutos desde que vio a Nayeon.

Un cúmulo de gente se podía distinguir al fondo en aquella gran calle que estaba cerca del centro comercial.

—¿Qué es eso? —preguntó Dongmin levantando su cabeza un poco mientras se acercaban cada vez más.

—Están haciendo un concurso de baile, ¿quieres ver? —al principio Dongmin iba a decir que no, pero cuando vio aquél brillo en los ojos de Moonbin supo que este quería ir a verlo.

—Sí, seguro, vamos. —sonrió suave, oyendo algunos chillidos de felicidad por parte del contrario.

Su corazón se sentía feliz y calmado al ver a Moonbin actuar de esa manera, como un niño feliz. Un niño inocente que lo único que quería era divertirse con él y tener toda su atención. Era tan tierno que no podía evitar el ligero sonrojo en sus mejillas.

Se siente... cálido.

Llevó una mano a su corazón, sonriendo de forma tímida mientras bajaba la mirada avergonzado. Ambos estaban apunto de llegar al lugar, notando cada vez más gente a su alrededor.

Dongmin levantó la mirada, y toda la felicidad que había estado sintiendo hace un momento se esfumó.

Rudeus estaba frente a él, con la espalda encorvada hacia adelante haciendo que su rostro quedara a tan solo unos centímetros del suyo. Aquellos dos orbes blancos y brillantes lo estaban mirando fijamente. Sus brazos estaban caídos y la boca que antes solo era una fina línea, se había convertido en una gigantesca mandíbula llena de filosos dientes la cual estaba completamente abierta esperando que su cabeza ingresara a esta al dar un paso más.

—¿Qué sucede? —preguntó Moonbin, atravesando a Rudeus y quedando frente a Dongmin, haciendo la ilusión de que su cabeza estaba dentro de la gigantesca boca de Rudeus.

Aléjate de él.

—No, nada. Y-Yo... necesito ir al baño. Adelántate, te veré ahí. —fue lo único que Dongmin dijo, soltándose del agarre del contrario y dirigiéndose hacia el largo y alto pasillo que estaba a su derecha, que era una entrada directa al centro comercial.

Siguió las indicaciones de los carteles, entrando al baño y cerrando la puerta con seguro al notar que no había nadie.

Se colocó frente al espejo, e inmediatamente se mojó el rostro intentado eliminar aquellos escalofríos que recorría su cuerpo.

Rudeus últimamente... se estaba volviendo más aterrador para él. Antes era como un simple ser que aparecía ante su vista. Una simple silueta negra con dos ojos blancos y brillosos. Pero había cambiado por alguna razón, era más grande, más aterrador, y cada vez tenía más partes humanas en la cabeza. Sus brazos era más largos y sus dedos se comenzaban a parecer a garras. Lo de la mandíbula abierta había sido nuevo, sorprendiéndolo y aterrándolo al momento de verla.

Al levantar su rostro, este tomó su típica expresión neutra, posando su vista justo detrás de él, en donde Rudeus estaba parado con la espalda encorvada mirándolo.

Tenemos muchas más cosas por hacer.

—¿A qué te refieres?

Rudeus se quedó en silencio por un par de segundos, viéndolo fijamente sin hacer movimiento alguno.

Nayeon será un problema. ¿Por qué no nos deshacemos de ella? —ladeó el rostro, haciendo tronar lo que parecían ser huesos dentro de él.

Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora