Capítulo 11

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La vista de Dongmin se encontraba extrañamente decaída. Sus párpados pesaban y sentía su cuerpo adormecerse poco a poco.

Alzó la mirada mirando su techo, viendo como los rayos de los faroles de la calle pasaban por su ventana y por el exterior de su balcón el cual se encontraba tapado por su cortina. La única cosa que mantenía esta cerrada por completo, impidiendo que se vea alguna cosa del exterior, había un pequeño cordón hecho de lana y de color negro.

Suspiró mientras se sentaba en su propia cama y apoyaba sus manos a ambos lados de sí mismo. Tocó el suelo frío con sus pies descalzos y por alguna extraña razón se fue directo hacia su armario el cual se encontraba frente a su cama.

Caminó hacia esta, abriéndolo y comenzando a revisar su propias prendas colgadas.

No sabía que era lo que estaba haciendo. Era como si su cuerpo estuviera completamente en modo automático. Desconocía la hora, y tampoco se fijó en esta. Solo sabía que eran altas horas de la noche, posiblemente las 4 am o un poco más.

Vio de reojo la silueta de su madre ingresar a su cuarto con una pequeña cesta de ropa en su mano la cual estaba repleta. No la miró, solo se mantuvo viendo su ropa colgada, pasando sus dedos una por una mientras comenzaba a tararear una canción.

Ambos se mantuvieron quietos en sus posiciones por varios minutos. Dongmin sentía los minutos pasar pero para él fueron simples segundos.

—¿Madre? —llamó de repente, sin siquiera mirarla al notar que aún se mantenía estática a unos cuantos centímetros de su puerta y miraba directamente hacia el frente.

El sonido de varios huesos comenzar a moverse llegaron a los oídos de Dongmin. Este cerró la puerta de su armario lentamente y posó su vista en la oscura silueta de su madre la cual había dejado caer la cesta de ropa al suelo.

Huesos se quebraban y extraños sonidos salían de la boca de esta mientras se retorcía en su lugar. Dongmin retrocedió asustado.

Su cuello se alargó, su espalda se encorvó de forma exagerada, sus senos se cayeron como si fuera de una señora de bastante edad con sobrepeso. Su cabello el cual hace tan solo unos instantes estaba suelto ahora tenía dos trenzas hacia los costados.

Dongmin vio como su mandíbula se caía y su boca se hacía grande de una forma aterradora comenzando a derrabar un líquido verde fluorescente el cual evaporaba todo lo que tocaba.

Se quedó inmovilizado debido al miedo que hacía sus entrañas revolverse. Y su respiración se cortó cuando aquella horrible criatura que hace tan solo unos segundos era su madre lo miró de forma rápida y comenzó a avanzar hacia él.

Pero entonces Dongmin despertó.

Su respiración era pesada y el sudor recorría su frente. Sus ojos se mantenían alerta a todo lo que se moviera en aquella habitación que era alumbrada por la tenue luz de la mañana. Las prominentes bolsas que se encontraban bajo sus ojos hacían que estos mismos le dolieran.

Llevó una mano a su pecho, justo por encima de su corazón, dándose cuenta que este se encontraba latiendo de forma desesperada, seguramente por la pesadilla. Le dolía, le dolía bastante el que este palpitando tan fuerte. Tan fuerte que incluso sus latidos llegaban a sus oídos y sentía como todo su cuerpo retumbaba a cada segundo.

Bufó. Sin quitar su vista del techo comenzó a palpar la mesita de noche a su lado en busca de su celular. Quería ver la hora a la que se había levantado. Posiblemente era un poco temprano porque su alarma aún no había sonado.

Y tal como creyó, eran las 6: 49 am, y su alarma estaba programada para las 7:15.

Volvió a dejar su celular en la mesa de donde lo tomó y se acostó de lado, viendo las cortinas de su balcón completamente cerradas. Pero luego su vista se posó en su propia puerta. Recordando y recapitulando con mucho más detalle como es que su madre se había transformado en aquella criatura.

Cold Feelings || [ Binwoo +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora